En esta columna quiero destacar la diversidad de ingredientes y sabores que encontramos en el Caribe. Si comenzamos por nuestra isla Puerto Rico creo que 300 palabras no son suficientes, pues nuestra cultura nos distingue por nuestros deliciosos manjares que a diario vemos en nuestra dieta. De Orocovis nos traen las famosas longanizas de pollo y de cerdo, las mejores en el mundo. De Salinas el sabroso pescado frito con el mojo isleño acompañado con tostones y esa rica salsita picantita de tomate para mojar los tostones. De piñones las famosas y ricas frituras que ya podemos decir estas son un “trademark” para nosotros.
De nuestros hermanos haitianos el arroz con hongos, la tarta de yuca etc. De nuestros hermanos jamaiquinos el pollo “jerk”, el conejo al ron, las salsa “chutneys” en fin todos los platos diferentes que podemos encontrar a la vuelta de la esquina para aprender a expandir nuestro paladar y tener el gusto por las cosas sabrosas de la vida.
En conclusión con tanta diversidad de exquisitos platos, ingredientes, sabores complejos pero ricos y diferentes texturas al paladar que nos brindan estas hermosas islas del Caribe, como no saber disfrutar de estos manjares; el no hacerlo seria como un suicidio gastronómico a nuestro paladar. Disfrutemos de la comida bocado a bocado, aprendamos a diferenciar todos los sabores en la boca y las diferentes texturas que podemos encontrar en un solo un bocado para poder alcanzar esa explosión gastronómica en un plato. Después de todo la comida hay que respetarla pues es con lo que alimentamos nuestra alma y nuestro valioso cuerpo.