(San Juan, 12:00 p.m.) El pasado miércoles varias escuelas abrieron. Al día de hoy casi 100 lo han hecho. Niñas y niños han regresado, con temores, pero también con la alegría de que al hacerlo, lo hacen para volver a un entorno familiar, en el cual lo han pasado bien. El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, ha forzado la reapertura. Distintos sectores se opusieron. Pero, ¿Qué más se podía hacer? Es curioso, pero a veces la derecha que nos gobierna tiene un proyecto, somos nosotros en la izquierda, los que carecemos del mismo.
Lo cierto es que el gobernado ha tomado un paso de iniciativa. La pregunta es cuales iniciativas ha tomado la izquierda en esta coyuntura. De nuestra parte, las iniciativas han carecido de sustancia, más allá de la crítica de no abrir o dejar todo aún en “cuarentena”. Por lo tanto, si se van a abrir las clases en las escuelas publicas o privadas, los grupos y movimientos sociales, así como los sindicatos podrían dar una oferta de apertura. ¿Cómo abrir las escuelas? Eso no pasó. No hubo una contra propuesta desde la izquierda para lograr superar la propuesta del gobernador.
En este país la educación pública, escolar o universitaria, vive bajo asecho. Los mercaderes de la educación, tanto las escuelas privadas como las universidades privadas, intentan en todo momento resolverlo todo con la privatización. Mientras programas de radio y televisión, problematizan en negativo todo lo que pasa en dichos mundos públicos.
Es momento de atesorar el sistema público de educación en Puerto Rico. Desde las escuelas generales, especiales o élites, así como el sistema de universidades públicos. Volver a la escuela, al salón de clases es el primer paso en esta dirección. No dejarlo en manos de un gobernador o del sector anexionista, debe ser nuestra respuesta. Pensemos.