Con la figura de Alejandro García Padilla como ‘líder máximo’ del PPD y candidato a la gobernación, sin embargo, el PPD deja de ser opción, ni siquiera para destronar al PNP, pues cada vez más ambos partidos políticos son indistinguibles en su conservadurismo y defensa recalcitrante a la política neoliberal que tanta violencia ha generado a través del mundo y en Puerto Rico. Por otro lado, los tres nuevos partidos, sumados al Partido Independentista Puertorriqueño, se ubican, de maneras diversas y, en algunos casos ambiguas, en la izquierda ideológica, en el sentido que abogan por mayor participación democrática, soberanía política y social, justicia social, libertades ciudadanas y protección ambiental, entre otros aspectos fundamentales para el buen vivir. Unos son más progresistas que otros pero, no hay duda que desarrollan discursos y prácticas que contrastan, en algunos casos chocan, con el PNP y el PPD.
Por primera vez en Puerto Rico comienza, entonces, a abrirse posibilidades de nuevas formas de hacer política desde la lucha por el estado, aun en su ‘estado’ colonial, y desde la palestra electoral. Es por esto, y otros factores que no caben en esta nota, que la posibilidad de la muerte del melonismo, y la consiguiente emergencia de un bloque histórico de izquierdas en Puerto Rico comience a materializarse. ¡En hora buena y urgente!
Al menos dos ‘variables’ se han conjugado para hacer de las próximas elecciones en Puerto Rico ‘el fin del melonismo’, a saber, la candidatura de Alejandro García Padilla, y el surgimiento de tres nuevos partidos que se ubican en un universo plural que pudiéramos catalogar como de ‘izquierdas’. Por melonismo nos referimos, grosso modo, a la práctica de los electores independentistas y ‘progresistas’ de Puerto Rico de votar por el candidato del Partido Popular para que no gane el Partido Nuevo Progresista, el cual aspira a la anexión con los Estados Unidos y representa una parte importante de la derecha política del territorio-país.