(San Juan, 1:00 p.m.) El tema de conversación en las redes sociales durante las últimas semanas ha sido el comportamiento de los turistas en Puerto Rico. Se han viralizado videos de los visitantes negándose a usar mascarillas, otros en los que se desatan peleas en medio de las calles del Condado, e incluso videos de dueños de apartamentos que fueron alquilados a los turistas y fueron encontrados completamente destruidos luego de la estadía.
El más reciente tiene como protagonista a una mujer natural de la Isla que ya no reside aquí, y se encuentra actualmente visitando. Con un megáfono para amplificar su voz, les manifiesta a los turistas que se encuentra triste y horrorizada por lo que está sucediendo; personas que están viniendo a visitar la isla y no están cuidando lo que ven, lo están destruyendo. Les habla directamente a ellos y les dice: “si viniste aquí, si planeaste este viaje, si quieres disfrutar de las playas, la tierra y las personas, no lo destruyas. Déjalo como lo encontraste, déjalo mejor”.
El mensaje de esta mujer es uno muy acertado. La conversación en las redes sociales ha tomado un curso que quizá no sea el indicado. No se debe perder de vista cuál es el problema. Lo que se debe criticar no es el color de piel de los turistas ni la ropa que llevan puesta, es la indiferencia y el atropello que tienen hacia las leyes y normas del país, la falta de respeto.
Lo interesante sería preguntarnos: ¿De dónde surge esta actitud desdeñosa hacia el lugar que se visita? ¿Es un interruptor que se enciende al momento de bajarse del avión o son conductas aprendidas e internalizadas? Es evidente que, como en todos los casos, no se puede encasillar a todo el mundo en una categoría. Sin embargo, no es secreto que entre muchos estadounidenses existe la creencia de que Puerto Rico les pertenece por nuestro estatus colonial. Entonces me pregunto, ¿cómo se le dice al dueño del parque que no puede jugar en él?