En la Semana Mayor de los Cristianos [¡Pare de Sufrir!]

Cultura

(San Juan, 9:00 a.m.) Se salvó, libérate, vuelve a casa, aprende a vivir, para de sufrir, son solo algunas frases que hemos escuchado constantemente en procesos de fe, en charlas de motivación, cuando hemos ido al sicólogo, hasta nuestras madres lo han dicho.

Estas frases pueden empoderar a una persona deprimida. Tienen la capacidad de lograr que alguien que andaba sin fe se detenga un momento y decida ir por una nueva oportunidad. Incluso, pueden llevar a alguien a una búsqueda interna muy profunda que lo dirija a cuestionarse por qué sufro tanto.

Estas palabras son poderosas, son semillas de esperanza. No se limitan a una creencia en particular. Podemos asegurar que estas frases son ya parte de nuestro día a día.

No podemos ignorar que toda escuela filosófica, movimiento espiritual o tratamiento psicológico motivacional ha desarrollado una serie de frases para potenciar el empoderamiento emocional de sus seguidores. También, en este vocabulario que pauta la aceptación personal se han inculcado palabras y reglas que definen la vida de una persona como buena o como una necesitada de oración, práctica, arrepentimiento o tratamiento. 

La mayoría de nosotros buscamos alcanzar la paz interior y superar el sufrimiento. Antes la gente se encerraba en perpetuos retiros en busca de paz, consagrarse a la oración, evitar las tentaciones y ascender a los cielos. Todo esto fue cambiando gradualmente. La vida moderna nos presiona a siempre querer más, ser más, aparentar más, y en todo este torbellino nos alejamos de quienes somos y dejamos de SER.

Pero, ¿cómo alcanzamos la paz y dejamos de sufrir más allá de repetir frases que a veces carecen de significado?

La respuesta no es simple. Como parte de la experiencia que llamamos vida estamos expuestos a experimentar momentos que nos provocan sufrimiento. En la mayoría de los casos este dolor profundo es autoinfligido.  La experiencia humana es la suma de acciones y decisiones que nos marcan, especialmente cuando no podemos controlar el resultado. Es natural que ocurran momentos difíciles, lo equivocado es cuando caemos prisioneros del rol de víctima. La clave para evitar ser víctima es aceptar responsabilidad sobre nuestros actos, dejar de culpar a otros, no autocastigarnos y recordar que cada día tenemos una nueva oportunidad para cambiar aquello que no nos gusta. A veces el dolor es necesario para forzarnos a llevar a cabo cambios que a la larga serán en beneficio para nosotros y los demás. El dolor es un gran maestro, en el sufrimiento nos purificamos y en aquellos que nos lastiman y golpean tenemos maestros que nos enseñan el sendero que no debemos transitar.  

El sufrimiento también nos enseña una gran verdad, sanamos cuando dejamos ir y tras las lágrimas entendemos qué eso tan difícil era lo mejor para nuestras vidas, aunque el dolor haya sido insufrible. Por supuesto, lo ideal sería no tener que sufrir.

En esta semana en que los cristianos conmemoramos la muerte y resurrección de Jesús, es una buena ocasión para tomar una decisión muy personal que definitivamente afectará nuestra vida positivamente, ¡NO VOY A SUFRIR MAS! Pongo punto final a las experiencias dolorosas y me concentro en construir una vida basada en el gozo.

Repite conmigo, a partir de hoy viviré en alegría perpetua. Lo repito cuatro veces, con firmeza. Lo internalizo y lo materializo.

Para lograr vivir en gozo debes estar decidido a cambiar tu vida y ser feliz. Si no estás decidido a ser feliz, aunque hables con pastores, sicólogos, terapistas y todos mencionarte mil y una razones por las cuales debes terminar con el sufrimiento y transformar tu vida, quedarás atrapado en la telaraña del dolor porque te gusta, lo has convertido en una excusa y en tu estilo de existencia.

Ser feliz es un proceso de todos los días, debes creer que es posible, ser firme, reafirmarlo en todo momento y repetirte constantemente soy feliz, vivo en paz.

La magia de la felicidad no es otra que decidirte y trabajar en ello. En la decisión radica la liberación. A partir de hoy, eres libre para ser feliz y convertirte en ese SER maravilloso que eres.

¡Bendiciones!