La Iglesia Católica en contra de las Terapias de Conversión y del P. del. S. 184

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El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, y el obispo de Ponce, Rubén González Medina, se declaran en contra de las terapias de conversión, pero a su vez no respaldan el Proyecto del Senado 184 por considerarlo muy “ambiguo”.

“Avalamos cualquier medida legislativa bonafide que vaya dirigida específicamente a evitar todo tipo de maltrato a personas, especialmente a los menores de edad y adultos vulnerables. Sin embargo, no podríamos avalar en su totalidad una medida legislativa cuya amplitud y ambigüedad excesiva pueda coartar derechos constitucionales de las religiones y los progenitores a educar de acuerdo a sus valores. Para nosotros, es importante enmendar la presente medida para corregir esta ambigüedad”, establecieron los obispos.

Entre sus preocupaciones sobre el proyecto, enumeran como la primera que este “no define la palabra ‘entidad’. Hay legislaciones especiales que cuando hacen referencia a una entidad, la definen (ej. Ley General de Corporaciones de Puerto Rico). La definición de entidad en esta medida debe descartar las iglesias y sus instituciones. No hacerlo contraviene el derecho constitucional a la libertad religiosa y al libre ejercicio de culto.”  La preocupación parte del planteamiento de que, de ser aprobado el proyecto tal y como está escrito, se le pudiese acusar a una Iglesia, programa de catequesis o escuela religiosa de maltrato institucional por hacer expresiones sobre la sexualidad humana partiendo desde sus dogmas o que se le coarte su derecho a enseñar, catequizar sobre sus creencias religiosas en cuanto a la familia, el matrimonio y la sexualidad humana.

El Proyecto 184 define como maltrato institucional “cualquier esfuerzo o tratamiento dirigido a cambiar el comportamiento corporal, expresiones o la orientación sexual de una persona, así como eliminar o reducir atracciones románticas o sexuales o sentimientos hacia personas del mismo género”. Entonces, no debería castigarse a la iglesia o alguna institución por enseñar sus creencias y sus dogmas, el problema sería si se intenta activamente cambiar el comportamiento y/u orientación sexual de otra persona para inculcar dichas creencias.