En el aniversario de la Revolución Homoerótica

Cultura

(San Juan, 11:00 a.m.)Con motivo de la celebración del catorce aniversario de uno de los movimientos mas controvertibles de la literatura puertorriqueña que se me ha ocurrido llamar la Revolución Homeoereótica quiero compartirles un repaso cuasi-panorámico de un evento que causo consternación e hizo temblar hasta las más estóicas voces del quehacer cultural de Puerto Rico.

  1. La Primera Fase de la Revolución Homoerótica: “Los Otros Cuerpos”

En el año 2007 la Editorial Tiempo Nuevo publica “Los otros cuerpos: antología de temática gay, lésbica y queer desde Puerto Rico y su diáspora”, (LOC), cuyos compiladores los fueron David Caleb Acevedo, Moisés Agosto Rosario y Luis Negrón, con una brillante introducción de Moisés Agosto Rosario. 

Leamos lo que David Caleb Acevedo recuerda sobre esta evento:

¿Habías publicado poesía al inicio de la edición de LOC?

Ya yo había publicado poesía y cuentos en un sinnúmero de revistas literarias locales, como Tonguas, Pastiche y Contornos, y en otras del Caribe, como Poui y The Caribbean Writer. Para cuando LOC se gestó, ya mi obra figuraba en revistas locales e internacionales. Era un autor sumamente conocido en el “underground” literario de Puerto Rico. Se me conocía como MC de las lecturas públicas de Tonguas y como escritor queer.

¿Cómo defines LOC?

Fue el primer proyecto de esta magnitud en Puerto Rico y el segundo (y el mejor) en el Caribe. Se trató de un proyecto sumamente ambicioso que comenzamos Moisés y yo, y al que luego se unió Luis Negrón en las etapas finales. LOC buscó reunir autores de la diáspora queer puertorriqueña con autores queer del patio y lograr un texto coherente y cohesivo que, más allá de fungir como crítica y establecer juicios de calidad en cuanto a lo que se estaba escribiendo sobre el tema, buscó darle voces a quienes no teníamos ninguna. Fue hermoso. Todas las franjas de la bandera LGBTQ estuvieron representadas en la antología.

Esta antología le abrió las puertas y pavimentó el camino para esfuerzos futuros de nuestra comunidad, como los colectivos Homoerótica y A Voces, el Puerto Rico Queer Film Fest y otros proyectos maravillosos que continúan hoy día.

¿Cómo surgió la idea de la antología LOC?

Salió en una conversación que Moisés y yo tuvimos un día. Nos habíamos conocido por Facebook cuando Moisés todavía no vivía en Puerto Rico. Esto fue como para el 2003, justo cuando recibí mi diagnóstico de vih. Moisés fue un apoyo para mí durante esa etapa de mi vida, y como tal, solía visitarlo mucho a su casa, que en realidad era la casa de Mayra Santos-Febres, pero Moisés se la alquilaba. En esas conversaciones con mi mentor salió a relucir la necesidad que teníamos de un texto que nos uniera como comunidad.

La primera parte del título de la antología (Los otros cuerpos) es de mi autoría. Me inspiré en el hecho de que somos la otredad y nuestra literatura, dada la naturaleza de la vida queer, propende al tema del cuerpo. Por eso, los otros cuerpos, porque somos los cuerpos otros. Porque somos el otro. El resto del título, o la coletilla, es de la autoría de Moisés. 

¿Cuál fue el medio utilizado para solicitar colaboradores para LOC?

Se hizo una convocatoria abierta que se posteó en cuanta página web queer pudimos encontrar, eso es, páginas web queer de la comunidad LGBTQ de aquí y la de la diáspora. También se hicieron invitaciones personalizadas a modo de convocatoria privada y cerrada. Fue un buen balance de ambos enfoques. 

¿Cómo se seleccionaron los participantes de LOC? 

Básicamente, toda persona que sometió fue publicada. Como dije arriba, para esta antología no quisimos establecer juicios de calidad, porque se trataba de una antología tipo “registro”. No se tratada de una de esas America’s Best Short Stories of 2009 o algo parecido. Sin embargo, sí te puedo decir que hubo un escogido en cuanto a la convocatoria cerrada. Como quisimos que la antología fuese súper inclusiva, solicitamos ensayos y fragmentos de novela de nuestros autores más académicos e iconoclastas. Se quedó gente fuera, por supuesto, sobre todo gente que no conocíamos, gente que no se enteró de la convocatoria abierta o que se enteró tarde, o gente que nos falló, o sea, gente que nos dijo que sí, que nos enviarían textos, y luego no lo hicieron. En este último renglón cae Luis Rafael Sánchez. No tengo idea de sus razones para no habernos dado el texto “¡Jum!”, de su libro En cuerpo de camisa, pero se le hizo el acercamiento varias veces y en principio accedió. ¿Qué sucedió luego? Solo él sabe. Lo que sí es cierto es que nuestros profesores y profesoras, de la Isla y de la diáspora, no nos fallaron. Profesores de la talla de Rubén Ríos Ávila y Frances Negrón Muntaner nos agasajaron con sendos y jugosos ensayos. Asimismo, pudimos rescatar la obra de una de nuestras poetas olvidadas y la primera poeta abiertamente lesbiana en publicar poesía abiertamente lesbiana: Nemir Matos Cintrón, quien nos suplió un fragmento de su novela El amordio de Amanda.

¿Cuál consideras fue la necesidad mayor que los motivó a este trabajo? ¿Se cumplió su objetivo?

Compilar un registro de lo que se estaba haciendo en nuestra nación (nación isleña y nación diaspórica) con relación al tema queer. Los objetivos se cumplieron a cabalidad y se sobrepasaron todo tipo de expectativas.

  1. La segunda fase la Revolución Homeoerótica: “Colectivo Literario Homoerótica y su Antologia O”

Ángel Antonio Ruiz Laboy  responde

¿Quién eras al inicio del Colectivo Literario Homoerótica (CLH)?

Llevaba tiempo de haber terminado mis estudios en Literatura Comparada en la UPR y estaba buscando regresar a hacer algo con la literatura. Hacía poco más de un año se había publicado la antología Los otros cuerpos y el grupo de gente que participábamos de las lecturas ya queríamos escuchar algo diferente del trabajo de los demás. Habían muchas menos opciones para publicar contenido con temas cuir de lo que hay ahora así que emprendimos ese proyecto para principalmente conocer el trabajo de los que trataban el mismo tema.

¿Cómo defines el CLH?

Fue una organización sin fines de lucro cuyo propósito fue promover la literatura de temática o de autores LGBT+ aunque su alcance se expandió a otras manifestaciones de arte.

¿Quién integró el comité organizativo del CLH?

El primer año corrí todas la bases en lo que se solidificaba el grupo. Luego nos incorporamos, tuvimos una Junta y varios comités. Básicamente todo el mundo colaboraba con los talentos que tenía. Algunos tomaban fotos, otros hacían vídeos, otros coordinaban talleres, organizaban sus propias lecturas, servían de administradores, etc. En fin, hubo mucha gente que colaboró para que el esfuerzo fuera posible. 

¿Quiénes fueron los participantes del CLH y cómo se seleccionaron?

No hubo una selección, se hacía una convocatoria para cada presentación temática y el que sometiera a tiempo su trabajo leía. Nunca hubo un grupo uniforme aunque hubo gente que siempre se asoció al grupo. No era un espacio de censura, convivían tanto autores publicados como emergentes o aficionados. Nunca hubo un requisito de género, edad, orientación sexual ni calidad de los textos, aunque se daban talleres de escritura para potenciar esa parte. Para muchos este fue un espacio de creación y exposición donde se formaron lazos afectivos que persisten al día de hoy. Creo que había conciencia de que estábamos haciendo algo importante para nuestros tiempos.

¿Cuáles fueron las actividades principales del CLH?

Cada dos meses había una lectura temática y los meses en que no había lectura dábamos talleres de escritura y talleres sobre el tema que íbamos a tratar. Las lecturas enfocadas en temas sociales, académicos y de derechos humanos se daban en espacios de juerga y las lecturas sobre el deseo y el placer en espacios académicos o institucionales. Además de las lecturas algunas actividades claves fueron participar en las marchas de orgullo LGBT de SJ, tener un espacio para venta de libros allí fue un gran acierto, hicimos recogidos de libros sobre la diversidad y los donamos a albergues de niños y niñas, creamos charlas públicas sobre literatura y temas sociales, participamos de foros académicos dando cuenta de la historia de las letras cuir en Puerto Rico, publicamos la revista Corpóreo y celebramos buenas fiestas. Creo que era un modo de relacionarnos distinto al que conocíamos, que escapaba del desarrollo de las redes y de las aplicaciones, que fomentaba el abrazo y el intercambio en tiempo y espacio real y que creo genuinas solidaridades.

Enumera las sesiones de Lecturas Públicas del CLH y quiénes participaron.  

Fueron muchísimas lecturas y en cada lectura participaban más de 20 personas. Los archivos del colectivo se donaron a unos compañeros que se encuentran trabajando en levantar un archivo de la historia LGBT de Puerto Rico. 

¿Cómo se gestó la Antología O?

Con el dinero que quedaba al culminar el CLH la junta decide hacer una antología a modo de recordatorio y de archivo documental de lo que fue nuestro trabajo. Se incluyeron textos de todos los participantes incluso de los que participaban de manera virtual desde el extranjero.

Resume la participación de CLH en el Festival de la Palabra.

Fuimos invitados como cualquier otro grupo en dos ocasiones. Tuvimos una lectura e hicimos un homenaje a dos de las pioneras de la escritura lésbica en PR.

Resume la participación del en Plaza Las Américas.  

Tuvimos dos lecturas públicas.

¿Cuándo y por qué terminó el CLH?

Cuando la Facultad de Humanidades dedicó su semana a la Literatura Queer y a Homoerótica se invitó como panelistas principales se decide cerrar el ciclo y se procede con la antología. Ya la literatura que hacíamos había encontrado validez social e institucional y muchos de los compañeros y compañeras comenzaban a embarcarse en proyectos personales que expandían la idea de nuestro proyecto. En lo personal yo tenía miedo de que se formara un ghetto literario y que los integrantes solamente tuvieran espacio dentro del grupo así que un poco se forzó a que quienes quisieran seguir el camino literario se insertaran, ya empoderados, en un ambiente más amplio. Algunas editoriales ya publicaban más trabajos sobre el tema, ya no era un tabú nuestra literatura, habíamos sido reseñados ampliamente en los rotativos... En fin, nuestra meta ya estaba lograda. No quiero creer que los proyectos tienen que ser eternos sino enfocados a cumplir con algo. Había que dar espacio a otros proyectos y cerrar este capítulo que fue, para muchos de nosotros y nosotras, un espacio de mucha seguridad en un momento de hostilidad social.

Max Chárriez responde:

Conocí a varios integrantes de lo que sería Homoerótica durante la publicación de la antología “Los otros cuerpos”. Seguimos juntándonos, conversando, leyéndonos y participando de presentaciones. Yo era estudiante de la Maestría en Creación Literaria en la Universidad del Sagrado Corazón.

Homoerótica fue un movimiento muy importante en las letras puertorriqueñas y muchas y muchos le debemos nuestras carreras literarias, aunque a muchos no les guste admitirlo. Homoerótica fue bien confrontativo y sacó del closet a la literatura queer y la temática lgbtt y la llevó a otro nivel de discusión, estudio y crítica.

Al principio no había comité organizador ni ninguna estructura. Fue Ángel Antonio Ruiz quien hizo la primera convocatoria y por un tiempo funcionó así, la participación dependía de quien contestara las convocatorias. Luego hubo una necesidad, debido al crecimiento, de formalizar y estructurar un poco. Hubo varios comités o junta administrativa, no recuerdo bien como se llamaba. Esa estructura comenzó en el “momento de oro” de Homoerótica como movimiento revolucionario. A la misma vez fue el comienzo del fin. En mi opinión, una vez se convirtió en algo tan complejo comenzaron a salir las diferencias, los desacuerdos y las luchas por poder y eso lo fue degradando.

¿Quiénes fueron los participantes del CLO y cómo se seleccionaron?

Al principio fueron los escritores que contestaron una convocatoria para leer en el Viejo San Juan con motivos al día de San Valentín. Recuerdo que al principio eran solo varones, después se integraron mujeres. No recuerdo si después que se estructuró hubo algún tipo de requisito.

¿Cuáles fueron las actividades principales del CLH?

Hubo muchas. Pero las que más recuerdo fueron: Fetichismos en Teatro Coribantes y Altar de Autores.

¿Cómo se gestó la Antología Homoerótica?

La antología se había discutido hacía algún tiempo, principalmente porque lo que se estaba produciendo en los talleres y para las lecturas era muy bueno. Había un blog en línea, pero se necesitaba una publicación. Sí recuerdo bien en un momento se habló de una publicación seriada. Al final creo que la antología “Ó” se dio como un cierre. Yo participé en el comité de selección y edición de cuentos.

Resume la participación del CLH en el Festival de la Palabra.

En los años 2011, 2012, 2013 los y las escritoras y escritores que participaban en Homoerótica tuvieron mucha exposición en el Festival de la Palabra. Especialmente en la delegación del 2012. Eso dio a conocer el movimiento fuera de Puerto Rico.

Resume la participación del CLH en Plaza Las Américas. 

En esos años el Festival de la Palabra tenia un área en Plaza las Américas para atraer y llevar el festival a otro público y Homoerótica tuvo unas actividades. Fue la primera vez que en Plaza se habló de temas que todavía eran impensables hablar por micrófono en un lugar tan público. 

¿Cuándo y por qué terminó el CLH?

Las razones claras nunca se dieron. Creo que fue una combinación de factores. Por un lado estuvo el desgaste natural por el que pasan movimientos literarios o todo tipo de movimiento. También estuvieron los desacuerdos y luchas de poder que se dieron una vez se creó una estructura gobernante.

  1. Tercera Fase de La Revolución Homeoerótica: Germina la semilla

 Pero los efectos de ese movimiento fueron revolucionarios. Eso no se puede negar. Sirvio de inspiración para la publicación de una serie de trabajos que quedaran para la historia literaria de nuestra Isla.  Entre ellas estan  “De pinga(zos)”, antología gaybi queer de cuentos y comic pornoerotico editada por Max Charriez, “Cachaperismos” antología de poesía lésbica de Yolanda Arroyo Pizarro, “debellaqueras” de Daniel Torres Rodriguez que ganó el Premio Nacional de Poesía del PEN Club de Puerto Rico 2009 y “Mundo Cruel” de Luis Negron, cuya traducción al ingles por Suzanne Jill Levine, reconocida traductora de literatura latinoamericana de Jorge Luis Borges y Manuel Puig, entre otros, gano en 2014 el vigésimo sexto Premio Literario Lamba a una obra de ficción.  .  Fue Mencion de Honor en categoria de cuento dado por el PEN Club de Puerto Rico 2010. 

La Contrarevolución Heterosexual

Tanto fue el impacto de la Revolucion Homoerotica que los Macharranes de Pipi Cogio, como los cataloga una querida amiga, se tiraron de cuerpo presente a marcar su territorio. Entre sus intentos sobresale la presentacion en una librería de Río Piedras de la antología “Opus Totus: Antología de Poesía Lésbica.  En treinta poemas, un grupo de poetas heterosexuales bajo los seudónimos travestidos de Beba Marucci, Carmen Pérez Müller, Rosalba López Cepera y Elvira Montes Stubbe, trabajó voces lésbicas. Esta acto levanto una polvoreda de reacciones de todo tipo en las redes sociales, los blogs y los twits de académicos ilustres y el publico en general unos a favor y otros en contra. Al combo se unió Ivan Silen y su “El Maricon o los Señores de la Noche” dedicado a: Josemaría Lima, a Manuel Ramos Otero, a Néstor Barreto, a José Luis Figueroa, a Félix Córdova Iturregui, a Mirna Estrella Pérez, a Roberto Echevarren, a Dionisio Cañas, a Francisco José Ramos, a Elizam Escobar y a Carlos Vázquez Cruz, por la diferencia, por la REPÚBLICA y por la poesía.” El destacado escritor y profesor universitario Luis Daniel Torres analiza el trabajo de Silen en un excelente ensayo.   Inclusive se llego a comentar en la redes sociales que en Puerto Rico hacia falta ser gay para ser reconocido como poeta!  Tuve en mi manos un volumen de “Opus Totus” y confieso que merece un análisis critico por especialistas en poesía pues a pesar que reconozco el espíritu negativo con que fue escrito, algunas de sus poesias me parecen excelentes.  No cabe duda que los que estuvieron detrás de esta burla son de lo mejor de nuestra literatura, pero jamás el fin justificara los medios.

Hoy en día los leones se lamen las heridas de una guerra sin sentido frente al talento incuestionables de las grandes voces LGBTTQIA+.