(San Juan, 1:00 p.m.) A nombre del “pueblo” de Puerto Rico, el 3 de agosto de 2019, Pedro Pierluisi juramentó como gobernador de Puerto Rico. Se impuso como tal, y duró unos días en la dirección del país. El problema es que se impuso en una juramentación fantasma que constituyó la usurpación del poder político de la isla.
Desde el 2 de enero de 2021, Pedro Pierluisi juramentó como gobernador electo. Esto fue en ley. Dicho esto, su juramentación ha venido enmarcada a impulsar la estadidad, para lo cual el reclama un mandato del pueblo por haber ganado el referéndum del pasado 6 de noviembre de 2020.
El problema con Pierluisi es que hoy no tiene los fondos para llevar a cabo el próximo paso de su referéndum, que es la elección de unos cabilderos, y los fondos disponibles le fueron negados por la Junta de Supervisión Fiscal. Ante esto, él ha señalado que habrá de utilizar fondos disponibles de otras partidas en el presupuesto del gobierno. ¿Es legal? El funcionario público de la Comisión Estatal de Elecciones que implemente el pedido, ¿actúa legalmente?
Es curioso, pero Pedro Pierluisi, cuando puede, actúa por imposición. Es momento de recordarle que del 3 de agosto de 2019, no nos olvidamos. En este momento, debemos recordarles que no nos olvidamos de su pasado y sus actos. Pensemos.