(San juan, 12:00 p.m.) No es posible hablar de que los EE. UU. son la meca de la igualdad y los derechos humanos, si cada 48 horas una persona, de ordinario negro, pobre y joven, es asesinada por un policía. Esto nos ha llevado a pensar, que los EE. UU. se han convertido en la tierra de la falta de felicidad, sobre todo si ustedes son negros. Lo interesante es que todo esto pasa mientras un sector de los boricuas luchan por hacerse parte de la federación americana, como estado, y todo indica que se trata de un sueño, el cual no se hace realidad, por el cambio de visión que impera en Washington sobre los derechos humanos.
Hay que regresar a la lucha por los derechos humanos clásicos. Una vez esto pase, entonces tendríamos una oportunidad para retomar el tema del estatus de Puerto Rico. Este tema, desde la perspectiva de los derechos humanos, no nos conduce a la estadidad de Puerto Rico. Nos puede conducir a la independencia, toda vez que es un derecho fundamental el de vivir en un país soberano y libre.
Por lo tanto, es momento de rescatar la cultura de los derechos humanos, no sólo para humanizar a la policía de dicho país, sino para alcanzar la independencia de Puerto Rico. No podemos permitir, por un lado, que en los EE. UU. los latinos, los negros, las minorías, sean asesinadas por los policías. Pero tampoco nos podemos quedar en el inmovilismo de la colonia. Es momento de salirnos de ahí.
Solo pensando desde lo más básico, los derechos humanos de las personas en general, es que podemos impulsar los derechos humanos del colectivo boricua. Es más importante, tener derecho a vivir en un país libre y soberano. Pensemos.