Ese diamante ya no brillará

Caribe Hoy

La violencia es detestable y debe ser rechazada en todas sus múltiples formas y facetas. Puede haber violencia patriarcal, violencia del estado, violencia de combate o guerra, violencia racial, violencia étnica, violencia de género y muchas otras.  La violencia es una manifestación de dominación de desigualdad, subordinación y relaciones de poder. La violencia se vale de la agresión física, verbal y emocional, para ejercer control sobre una o muchas personas.

La violencia de género se define como la violencia entre parejas o exparejas afectivas, que busca el producir daño y control de una persona sobre su pareja o expareja.  Es importante señalar que la violencia de genero incluye a mujeres y hombres heterosexuales, así como mujeres y hombres de la comunidad LGBTIQ+. La violencia de género se manifiesta de forma continua y sistemática por la persona agresora.

Hoy, tenemos que alzar la voz para denunciar, en particular la violencia de género en su modalidad del hombre contra la mujer o violencia machista como también se le refiere.  Lamentablemente, en menos de 72 horas han sido halladas asesinadas dos mujeres: Andrea Cristina Ruiz Costas y Keishla Madlane Rodríguez.

En el caso de Andrea Cristina, su expareja Miguel Ángel Ocasio Santiago, confesó haberla asesinado.  El caso de Keishla, la investigación está en proceso para determinar quien o quienes fueron sus asesinos.  Sin embargo, a base de lo relatado por la familia de Keishla, ella era víctima de violencia machista, mediante maltrato verbal y emocional, por parte de su pareja consensual por los últimos 11 años, el boxeador Felix “El Diamante” Verdejo. El padre de Keishla comentó que Verdejo se refería a su hija de forma peyorativa; la hermana señaló que verbalmente había maltrato; y la madre indicó que desde que Verdejo supo que Keishla estaba embarazada, alegadamente de él, éste la había amenazado y le insistía fuertemente que terminara el embarazo.  Parece ser, que el asunto del embarazo y la decisión de Keishla de continuar con el mismo, desató para Verdejo, su esposa y las familias de ellos un desfase que aparenta puede incidir con la muerte de Keishla.

Ante el aumento de la violencia machista en Puerto Rico me pregunto qué herramientas reales, aparte de aconsejar o apoyar, tiene a su alcance la familia de una víctima de violencia de género para protegerla de su agresor(a) y para ayudarle a romper con el síndrome de la persona maltratada.  Confieso que no se la respuesta, pero tengo interés en saber.  Lo que sí se, es que una orden de protección, que es un papel, no va a detener a una persona agresora.  Los jueces que atienden estos casos tienen ante ellos un gran reto. Lo digo con la mayor candidez, pues tan real como lo es la violencia machista, puede ser el abuso con el uso de estas órdenes por parte de personas que quieren ejercer poder y control sobre su expareja por celos, o para obtener mayores beneficios en la pensión alimentaria o la custodia de hijos comunes. De modo que los juristas tienen que hacer una ponderación más incisiva para proteger a quien lo necesite sin permitir abusos al sistema.  A parte de lo que la judicatura haga o deje de hacer, la familia o las amistades cercanas, son la primera línea de defensa que tienen las víctimas.  Entonces, es conveniente conocer de profesionales en el campo, si hay herramientas reales al alcance de la familia para asistir efectivamente y proteger la integridad física y emocional de un ser querido que se encuentre en una relación de violencia de género, aunque pueda ser en contra de la voluntad de la víctima, cuando el maltrato es evidente, pero la víctima no se reconoce como tal. O si por el contrario, cuando se trata de una persona adulta envuelta en una relación de maltrato, la familia está limitada en sus acciones hasta tanto y a menos que la persona maltratada permita o acceda a la ayuda.

Tomará un tiempo en lo que se esclarece quien o quienes participaron en el asesinato de Keishla. Las redes sociales y sus ciber-detectives tienen múltiples teorías.  Algunas indican que Verdejo tuvo que ver en el asesinato.  Otras apuntan a que su esposa, quien también debe ser “persona de interés”, puede haber tenido que ver; o que la familia de éstos puede estar envuelta.  Verdejo, como “persona de interés”, no tiene que cooperar con la investigación porque ese es el derecho constitucional que le asiste. Si él tuvo o no algo que ver con la muerte de Keishla está por verse.  Sin embargo, no está en duda, para la familia de Keishla, que entre ella y Verdejo había una relación de violencia machista.  En cualquier caso, como dicen los versos de la canción “El Diamante” cantada por Julio Ángel, “este diamante ya no brillará, este diamante ya no me sirve más…”