Captain Fantastic o una crítica oportuna al mundo alternativo del hogar

Cine caribe

Es una de esas películas que nos hace recordar al ilustre, hoy fenecido, James Brown, cuando me decía, casi al oido, “I feel good”, y no se detenía y seguía cantando, “so good, so good”.  En fin, que es una película interesante bien pensada, que se une a ese ilustre proceso del cine americano de documentar su historia como nación, y educarnos que, como el complejo que tuvo Eugenio María de Hostos en el 1899, el pueblo de la modernidad y progreso, eran los EE.UU. No coincido, pero eso lo dijo Hostos…

Ver Captain Fantastic (Dir. Matt Ross, EE.UU., 2016) es meternos en un viaje de la vida en alternativa.  Cuando los hippies, aunque un poco a destiempo, se meten a vivir en los bosques del estado de Washington, y educan a sus hijos fuera del mundo de la lógica del mercado, la acumulación y el capitalismo.  Captain Fantastic es sobre un mundo alterno al capitalista. En eso es buenísima, pues es inspiracional. I feel Good, me recuerda el poeta negro James Brown.

Ahora bien, la película tiene tres historias: la vida del padre con los hijos, ante la dura realidad de que la madre se suicidó. Esto crea una compleja relación entre los hijos y el padre, quienes están todos en edades complejas y pierden la brújula materna. La segunda historia, la del padre enfrentándose a los suegros, quienes se detestan mutuamente y alegan que él yerno es el responsable de la muerte de la madre.  Finalmente, la tercera historia, la reconciliación, cuando todos los hijos deciden regresar con el padre, pues a fin de cuentas, y así dicen los católicos, la familia “reza unida permanece unida”.   No que ellos fueran religiosos, muy ateos y marxistas, pero hay una narrativa católica cristiana por doquier.

Las tres historias se cuentan a partir de un reparto extraordinario.  Viggo Mortensen (Ben) es el padre custodio.  Sus hijos son todos actores emergentes, que combinan actuaciones muy interesantes.  Entre otros se destaca George Mackay (Bodevan), quien es el único que finalmente rompe con la “tribu” pero no para irse a estudiar a Harvard o MIT o Princeton, sino para ir a conocer Africa, y vivir en Namibia.  ¡Genial!

La película tiene muchos referentes, entre otros The descendants (Dir. Alexander Payne, EE.UU., 2011) en la cual George Clooney nos cuenta como es la vida sin la madre, y el efecto para los hijos.  En Captain Fantastic, el padre Mortensen/Ben, es un tipo todo terreno, muy sensible quien con la madre o solo dirige la educación auto familiar de sus hijos. Todos genios. Todos blancos. Todos muy lindos.  Pero no es suficiente. La madre es insustituible. Sobre todo, para los abuelos, vivir en la montaña es cosa de locos.

En fin. Es una película muy linda que hay que ver. Sobre todo porque nos recuerda a James Brown, y “I feel good”. Pero si no fuera suficiente, la ve y luego escucha a Louis Armstrong, en “”what a wonderful day”.  Algo así es la sensación al final de la película.

Dale, a verla, sin restricciones. Se llora chévere.  Bien chévere que se llora en esta película.