(San Juan, 1:00 p.m.) El contrato de la privatizadora Luma, para administrar la distribución de la energía eléctrica de Puerto Rico, entró en vigor. Los obreros y obreras de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), vinculados muchos al sindicato de la Utier, se han tirado a la calle para protestar contra el inicio de dicho contrato.
El problema con Luma estriba en el proyecto de país que todas y todos tenemos. Cuando el domingo el Concilio Ecuménico de Puerto Rico marchó a favor de “nuestra Autoridad de Energía Eléctrica” lo que representaba dicho comentario era un proyecto de país a beneficio de todas y todos. Esto es lo importante, el beneficio para todas y todos en el país.
Hoy la privatización sea de las lanchas de Vieques y Culebra, o de la AEE, como mínimo no es a beneficio de todas y todos. Es por esa vertiente que tenemos que salir a luchar por el beneficio de cada persona que habita en esta isla.
No sabemos cómo ha de terminar el capítulo de Luma. Lo que sí sabemos es que ha comenzado. Terminarlo puede ser a nuestro beneficio. Un beneficio que puede y debe ser estructurado para la generación presente y la futura. De eso se trata, de beneficiar a todas las generaciones que habitamos en Puerto Rico. Pensemos.