(San Juan, 12:00 p.m.) Pasó el primer día de Luma, la empresa privatizadora del servicio de distribución eléctrico del país, que asume esta responsabilidad por encima de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), y el país sigue mirando, callao, en la esquina, en la sombra. Sin lugar a dudas, los compañeros y compañeras de la Utier y otros sindicados de la AEE han hecho lo máximo por conseguir nuestro apoyo y por detener la acción. Pero en la sombra, hay sombra. No hay sudor.
En el día de ayer, legalmente a tiempo, pero socialmente a destiempo, el presidente del Senado, José Luis Dalmau, inició un pleito contra Luma cuestionando la legalidad de su contrato. Pleito que sólo podía ser incoado el día que iniciara la operación. Ahora ver si declaran inválido el contrato o lo validan los tribunales.
Mientras, el mismo cuerpo legislativo pasó una resolución cuestionando la validez del contrato y pidiendo su nulidad. Pero, siguen siendo sombra, en la medida que Luma ha contratado a relacionistas públicos para afirmar que ellos ahora estan conectándole la luz al país que la antigua AEE no había hecho.
Finalmente, otros sectores sociales están convocando a otras protestas para relacionar este verano con el verano del 2019. Las condiciones sociales cambian. Las luchas sociales cambian. Lo que sí es nuevo es que la AEE ha sido parcialmente privatizada. Es por eso, nada más, que hay que salir de la sombra, y coger un poco de calor. Sobre todos, para sudar. Pensemos.