Seis meses de Pierluisi [la debilidad del PNP pide un “final feliz”]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.) El último gobernador, Pedro Pierluisi tiene una perra a la cual llama Amaia. En lenguea vasca, del territorio autónomo y con pretensiones soberanistas al noroeste de España, significa “final feliz”.  En la cultura Aimara, en Bolivía, significa la “hlja más querida. Siguiendo el ejemplo de los presidentes americanos, Pierluisi recibió una perra como regalo al llegar, por segunda vez a la gobernación. En esta ocasión, el mensaje subliminal, luego de haber ganado con el 33 por ciento de los votos emitidos en las elecciones de noviembre 2020, es que tuvo un “final feliz”.  Pero, ¿será cierto?
El gobernador de turno lo que debe reconocer en todo momento es la debilidad que el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el movimiento estadista vive hoy en Puerto Rico. Ante esta debilidad, es poco lo que hoy pueden hacer, que no hayan planificado durante el cuatrienio más tormentoso de la era de dicho partido, liderado por Ricardo Rosselló y por Wanda Vázquez Garced.  El PNP bajo Pierluisi gobierna hoy como un acto de magia, sin apoyo popular real, sin control real del poder ejecutivo, y más que nada sin alianzas claras en los EE.UU.
Para muestra muchos botones.  El papelón que formó Ricardo Rosselló intentando llegar a ser delgado ante el congreso, merece ser investigado por la academia y sectores afines. Realmente hablando, el PNP esperaba y no esperaba perder ante el Tribunal de Primera Instancia. Ante los ojos del país, ya quedó demostrado que Ricardo Rosselló no puede vivir en cuatro lugares a la misma vez, por lo cual, quedó como una persona mentirosa. Esa prueba aquilatada por la juez, es difícil de evadir. Por lo tanto, su futuro, como embustero, está echado.
De otro lado, la pugna que tuvo el gobernador Pedro Pierluisi con el presupuesto de la legislatura, demostró que es el cuerpo legislativo el que ésta en control hoy del país. Pierluisi acabó cediendo, lo cual nos pone en un predicado fenomenal.  El gobernador Pierluisi no tiene control del presupuesto. Tampoco de las nominaciones de sus secretarios y secretarias.  Está “amarrado de manos y pies” a lo que diga la legislatura.
Finalmente, su relación con la Junta de Supervisión Fiscal, es una llena de sabores y sin sabores. Por un lado él se le enfrenta. Por otro lado, el dice que negocia, y la junta lo demanda.  Tremendo gobernador.  Hasta demandado anda.
En la única que apuesta continuamente, y de esta forma “comprar” tiempo y votos, es por los fondos federales. Esa es la apuesta del gobernador, los fondos federales.  Es una cultura de servidumbre y dependencia, terrible, pero nada de esto lo lleva a la estadidad.  Entonces, ¿cuál es el proyecto de PNP bajo Pierluisi este cuatrienio? Si me preguntan, tener un final feliz, no como sus antecesores, Rosselló y Vázquez, ando derrotados. Un final feliz, nada más.  Pensemos.