(San Juan, 10:00 a.m.) El presidente de Colombia, Iván Duque, presuntamente ha reconocido a periodistas colombianos lo que las autoridades haitianas alegan conocer: que el líder de los mercenarios colombianos, Arcángel Petrel, sabía desde que partió de Colombia rumbo a Haití que la misión de un grupo minoritario de ellos era asesinar al mandatario de esa nación caribeña, Jovenel Moïse.
Según esa versión reconocida como cierta por Duque, siete de los 26 exmilitares y mercenarios colombianos sabían desde que salieron de Colombia que el trabajo para el que habían sido contratados era el magnicidio de Moïse y que los 19 mercenarios restantes ignoraban eso y fueron engañados por Petrel, diciendo que habían sido contratados para una misión heroica de seguridad nacional en Haití.
La versión es la oficial que las autoridades haitianas que investigan el magnicidio manejan en estos momentos y se realiza una búsqueda intensa de Petrel, de quien se desconoce su paradero, aunque se sospecha que esa información ya ha llegado por boca del propio líder de los mercenarios colombianos al gobierno estadounidense, debido a que se sabe que éste es un informante del FBI.
Existe la posibilidad de que Petrel haya salido ya de territorio haitiano y pueda encontrarse ya en otro país, presumiblemente en Estados Unidos.
Presuntamente, estos siete mercenarios fueron los que entraron a la residencia privada de Moïse para ejecutarlo y los demás se quedaron afuera resguardando el lugar desde el exterior y desconociendo lo que sucedía adentro.
Se da por ciento que los siete mercenarios ejecutores del magnicidio actuaron como parte de una amplia trama de conspiración que está todavía por descubrirse, incluyendo quiénes son los autores intelectuales del asesinato de Moïse.