(San Juan, 9:00 a.m.) El gobernador de turno, Pedro Pierluisi, no vio el lanzamiento venir y se ponchó. Hace unos días proclamó, ante la crisis de la playa de Rincón y el Condominio Sol y Playa, que había que proteger la propiedad privada. Se ponchó. EN lugar de decir, que había que proteger el medio ambiente, éste apoyo lo privado. Un error.
Cada día las manifestaciones frente a la verja del condominio Sol y Playa, donde se construye una verja y una piscina, cuya legalidad de ambas está en entredicho, van creciendo en aumento. Es impresionante, pero estas protestas no han menguado, mientras que los errores cometidos por el gobierno de Puerto Rico, van en aumento. La única solución digna, de momento, fue el hecho que los administradores del apartamento Sol y Plana, decidieron dejar en suspenso el proyecto de la construcción por unos días. Ahí va la propiedad privada.
Pero Pierluisi, como hemos comentado en El Post Antillano, o se ha dado cuenta que se encuentra frente a los albores de un nuevo verano, aunque ahora en el 2021. Por lo tanto, el manejo represivo de la protesta, los errores cometidos por Rafael Machargo, el secretario del Departamento de Recursos Naturales, y la calidad del liderato en la protesta, incluyendo a Eliezer Molina, han creado un momento particular de lucha veraniega.
Es prematuro saber cual es el desenlace de este. No obstante sabemos que, por la naturaleza del conflicto y los sectores que allí se han movilizado, que potencialmente nos encontramos frente a los albores de un verano del 2021. Es decir, un verano de protestas y el cuestionamiento de si nuestros gobernantes son aptos o no para gobernarnos. Pensemos.