Activista ambiental [Juan Camacho] aboga por la salud integral, dignidad y solidaridad

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El activista ambiental Juan Camacho abogó hoy por la salud integral de la persona humana mediante el respecto a la dignidad y la solidaridad, al ofrecer una ponencia en la parroquia Santo Cristo de la Salud, en Comerío, donde es regente el Padre Pedro Ortíz.

“El respeto es un valor y una cualidad positiva que se refiere a la acción de respetar; es equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por unas personas o cosas. Es uno de los valores mas importante del ser humano, pues es fundamental para el logro de una armoniosa interacción social”, dijo el también profesor.

Para Camacho, el respeto debe ser mutuo y nacer de un sentimiento de reciprocidad, lo que no significa estar de acuerdo en todos los ámbitos con otras personas, sino que se trata de no discriminar ni ofender a esas personas por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando esas decisiones no causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás.

Al inicio de su disertación desde el altar de la parroquia Santo Cristo de la Salud, Camacho contó una anécdota en el Puerto Rico de 1876, sacudido por grandes temblores de tierra y como consecuencia ocurrieron fuertes maremotos, siendo el Valle de Tallaboa en Peñuelas, uno de los más afectados, al penetrar las aguas embravecidas sembrando espanto entre los ciudadanos.

En la Hacienda la Julia vivía Francisco Subirá, quien asustado y de rodillas, imploró ante un cuadro del Cristo, que si detenía la furia del mar, traerían al Santo Cristo de la Salud, el de Peñuelas, y darían una misa en la Hacienda.

“Así, el peligro paso inmediatamente y las aguas retornaron mansamente a su lecho natural. La promesa fue cumplida y todo el pueblo descalzo llevó la santa imagen hasta el valle de Tallaboa, donde se ofició la misa prometida”, narró.

Según el activista social, a partir de ese momento, “son muchos los milagros que se le atribuyen a este Cristo (y) tanta ha sido la devoción del pueblo que a pesar de ser San José el tutelar de la parroquia, las fiestas patronales de Peñuelas se le dedican al Santo Cristo de la Salud”.

Observó que en la mayoría de las veces, “cuando hablamos de salud con un amigo o vecino, le damos especial atención a las enfermedades”, por lo que toda la conversación gira en el concepto salud-enfermedad.

“La contraparte de esa actitud, se encuentra en la misma medicina, la cual trata el organismo humano como una máquina. Si la persona tiene una enfermedad la solución es medicamento o cirugía”, expresó.

Camacho consideró que es un proceso de mitigación de síntomas de la enfermedad: si tiene la azúcar alta te dan un fármaco para reducirla; si tienes la presión elevada, te dan un fármaco para bajarla; si tienes el colesterol por las nubes, te dan un fármaco para bajarla a la tierra.

“Es una medicina que puede detectar el por qué una persona está enferma, pero no puede detectar el por qué estamos sanos”, resumió, ya que el centro de atención está en la enfermedad y no en la salud, y mucho menos cuestionan el porqué están las enfermedades.

Contrario a ese paradigma, sostuvo, existe el concepto de salud integral, el cual es definido por la Organización Mundial de la Salud en 1948, como el estado de bienestar físico, emocional y social de una persona, quedando atrás el viejo concepto que la salud es únicamente la ausencia de enfermedades.

“En la salud integral no se trata mucho de prescribir fármacos por defecto, sino de cambiar hábitos, de ver el tema desde una posición holística, amplia, de constante superación”, indicó Camacho, al considerar que las enfermedades no se pueden tratar como un ente aislado, sin conexión con nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestros estilos de vida.

Por esto, apuntó, si se quiere alcanzar el mayor bienestar posible, si se quiere estar saludable, tenemos que cumplir con varias circunstancias: un cuerpo sano, tener las necesidades básicas cubiertas, tener una mente y unas emociones equilibradas, relaciones familiares y de pareja sanas y por supuesto tener un propósito correcto en la vida.

“Nuestra lucha por alcanzar la salud integral debe estar enmarcada en el reconocimiento de nuestra dignidad, valor establecido en nuestra constitución. La dignidad es un valor intrínseco del ser humano que no la otorga nadie, sino que se adquiere por el mero hecho de ser un ente humano, por nacer, por estar provisto de racionalidad y libertad, sin distinción de sexo, raza, religión, orientación sexual ni otros condicionantes”, estableció el ambientalista.

Recordó que la dignidad es el respeto y la estima que todos los seres humanos merecen, es innata, positiva y fomenta la sensación de plenitud y satisfacción, reforzando la personalidad.

“Demostramos tener dignidad cuando nos valoramos en nosotros mismos, cuando podemos e intentamos satisfacer nuestras necesidades sin suplicar a los demás ni someternos a actos contrarios a nuestra moral para sobrevivir; cuando respetemos a los demás y tomamos en consideración sus derechos y su valía; cuando honramos nuestros compromisos sin refugiarnos en la mentira o en la evasión para no enfrentar responsabilidades”, explicó.

Camacho consideró que “la lucha por alcanzar nuestro mejor bienestar la debemos realizar de diversas maneras, desde la orientación y educación más sencilla hasta la militancia con mucho tesón y solidaridad. Todos los seres humanos podemos modelar, mejorar y transformar nuestras vidas ejerciendo nuestra libertad y por medio de la toma de decisiones para vivir con dignidad”, sostuvo durante su disertación en la parroquia de Comerío.