(San Juan, 1:00 p.m.) Esto se ha puesto bueno: el gobernador de turno, Pedro Pierluisi, nos informó en el día de ayer, mientras el recién nombrado epidemiólogo nacional José Becerra renunciaba a su puesto o lo botaban, en un acto de confusión de redes sociales, que habrían de incrementar la nueva política de control social. En resumen, si no te vacunas no participas.
Es una gestión torpe. Es la lógica del consumidor. El que no puede comprar no puede beneficiarse. Por lo que para Pierluisi, el que no se vacune no puede participar. Esto es lo último. El control del estado para detener el contagio del Covid-19, es el individuo, el sujeto de la libertad. Por lo tanto, sería más fácil indicar que para vivir en Puerto Rico hay que estar vacunado. Pero no. En la lógica del consumo, si uno no se vacuna no poder ir al restaurante; al concierto; al supermercado. Lo cómico es que ahora pondrán a los guardias de seguridad, con pobre escolaridad, limitaciones cognitivas, y algunos con problemas de seguridad para el ciudadano común, pidiéndole a uno la tarjeta de la vacuna. ¿En serio?
La otra modalidad ayer anunciada es la que regula el registro electrónico, el famoso QR. En otras palabras, un mecanismo de control de data el cual permite tener un indicador de control sobre la población, donde se sabe su nombre, como y cuando se vacunó, y un número de contacto. ¡Genial! Ahora todos bajo el ojo de control del estado. Se trata de nuevas formas de control social, en la biopolítica del control social en la era neoliberal.
Es cómico, pues Pedro Capó que no se había vacunado llevaba meses estudiando el tema de vacunarse. Curioso, llevaba meses pensándolo. Pues bien, hoy dio positivo. Moral lógica: ¿los organizadores del concierto habrían de exigirnos la prueba positiva de nuestra vacunación, mientras el talento artista no estaba vacunado. ¿En serio? El próximo concierto de Pedro Capó, el 10 de septiembre de 2021, debe ser gratis para todas y todos. ¿No les parece?. Pensemos.