“Las Post Personas: una micro novela de ciencia ficción”,

Cultura

[Nota Editorial:  El 14 de agosto de 2021, el jurado del 4to Certamen de Micro Literatura de El Post Antillano, emitió su laudo.  El jurado compuesto por las escritores y escritores Iris Miranda (presidenta) Luis E. Vázquez y Jaime Pieras Castañer, declaró ganador para la categoría Micro Novela, al trabajo que aquí publicamos hoy].

dedicada a G.Z.R. con el amor que me queda…

Primera parteEra estupendo vivir

Me enamoré de ella cuando estaba en la escuela superior, tan hermosa, tantos planes.  Las diferencias, yo era de urbanización y ella de un barrio genuina y realmente malo.                No me importaba aquello, quería que en cuanto terminara la escuela nos casáramos.    Su madre estaba de acuerdo, después de todo conmigo nada le faltaría en esta vida.  Sin embargo, grandes amores suelen terminar en tragedia y mientras escribo, recuerdo.

Ella era de baja estatura, pero bien proporcionada, cabello largo negro y ojos ámbar. Amaba su sonrisa, su riza, las locuras con las que salía a la hora del almuerzo y por ahí. Siempre tenía un olor a vainilla que me enloquecía, la amaba perdidamente con el alma. Las malas amistades y la presión de grupo le llevaron a la destrucción en el grado doce.    Todas esas nenas que fuman y beben, usan drogas y se acuestan con quien sea, esas.  

Cuando de madrugada su madre me llamó y me dijo, se nos fue, supe la razón al instante.  Ella murió de una sobredosis en su cuarto, sola, alcoholizada y drogada de la peor forma.  No fue por falta de consejos, su madre y yo siempre quisimos ayudarla a salirse del vicio. Se enojaba y nos decía que no queríamos dejarla “disfrutar” la vida tal cual quería ella.  Me acusaba de querer atraparla, para parir, criar muchachos y comer casa a la antigua.

A su madre le recriminaba y la acusaba de querer salir de ella cuando consintió casarnos. Ella quería de mi todo lo bueno, pero sin la responsabilidad de la devoción mutua y eso. Entonces éramos los malos cuando le decíamos que abandonara todo aquello de una. Lo triste, fue que, en ese momento, sus amigos ni fueron a su velorio, la dejaron sola.  Se lo decíamos, esa gente eran lo peor de la sociedad, ninguno hizo nada con su vida.

Yo me quedé solo, me sentía culpable de no haber podido salvarla de ella misma.                    Fue un tiempo donde se apilaron uno sobre otros los cuadernos de poesía sin fin.  Durante los próximos diecisiete años mi vida fue pura angustia hasta estuve internado. Durante un verano entero, yo, el único poeta que vivía de su trabajo, estuve loco de atar.   Allí yací haciendo unicornios de papel, finalmente salí y me metí de lleno en los estudios.

Creo que escogí estudiar historia porque el pasado se había vuelto mi íntima religión.      Y después de todo yo al final del día, siempre vivía en el pasado, ese pasado añorado. No dejé de pensar en ella ni un solo instante, creo que ese fue el origen de mi locura.   No quería volver al abismo del manicomio así que me puse por meta honrar su memoria.  Fue eso lo que se volvió el motor de mi vida durante ese largo tiempo de purísima agonía.

Me doctoré en Filosofía y Letras con especialidad en Historia de Puerto Rico y el Caribe.  Casi nadie estudia eso hoy día, así que me ofrecieron escoger una escuela y lo hice. Escogí nuestra amada escuela superior, ya que estaba llena de tantos recuerdos gratos. Los primeros años fueron los más abominables, pero luego todo se fue estabilizando.   La paga era buena, la mayoría de los compañeros así mediocres y distraídos, cansados.

Ahí hice mi vida diecisiete largos años entre el personal docente y no docente derrotados. Varias compañeras maestras se enamoraron de mí, algunas ayudantes y eso, pero no.  Mi corazón lo había sepultado con ella un lunes a las tres de la tarde mucho tiempo atrás. Cada día de mi vida le escribía una poesía entre lágrimas y alcohol barato de tercera. Todo esto mientras escuchaba canciones de Bad Bunny, pero lo superé y estamos bien.

Un buen día el mundo cambió para siempre cuando una nave no tripulada se estrelló. En el mismo parque central, un miércoles cualquiera, se resolvieron todas las dudas.    No estábamos solos en el universo, y con la ingeniería inversa el mundo se saltó un siglo. La humanidad perfeccionó la tecnología de clonación y envejecimiento de estos seres. Entonces empezaron los casos legales, los cuestionamientos morales y los debates.

Todo giraba alrededor de una pregunta sencilla, ¿para qué usar esa magna tecnología? Un buen día, los Demócratas, que son divertidísimos hicieron la más loca propuesta.  Querían revivir a toda la gente que había muerto como soldados, delincuentes y viciosos. La razón era que El Gobierno les había fallado y por ello, no completaron su camino.       Así que El Gran Plan, era traerlos de vuelta para terminar lo que les faltaba en educación.

El pequeño detalle era que al terminar el grado que les faltara serian decomisados.                 Sus órganos pasarían al Banco Biológico y servirían para dar vida a los “auténticos”. Claro estas últimas dos cláusulas eran impuestas por los Republicanos, que les conste.  Así que un buen día se organizó la escuela de las “Post Personas” para dicho propósito. Post Persona es el nombre que se le da a un clon de una persona que ya ha fallecido.

Se prohibía clonar gente viva, como quiera el Papa de turno puso el grito en el cielo.          Si un clon de un muerto era el original resucitado temporeramente, imagínense ustedes. Igual era una magna locura, aun con el chip que bloqueaba los recuerdos de los clones. La intención era solo dejar las habilidades necesarias para aprobar el grado nada más.        Esto los hacia dóciles y a la hora de decomisarles iban sin problema alguno a la muerte.

La sociedad veía todo aquello como un simple ejercicio emocional, no así con los presos. Los presos que morían sin cumplir también eran clonados y sus clones seguían allí.            A veces estos mismos clones se quejaban puesto que no recordaban haber delinquido.  Así de loco estaba el mundo en esa época, eso de las Post Personas lo cambió todo.     A todo esto, algo me decía en las entrañas que todo aquello no terminaría nada bien…           

Segunda parteLas personas y las post personas

Cuando mi teléfono sonó a aquella hora fue un cierre de ciclo, era la madre de mi amada. Su hija había sido escogida para ser una Post Persona y mi vida se volvió un ocho. Pensando en que la traerían a la vida me hacía temblar de emoción y por la paradoja. Con esto me refiero, obviamente era ella la que volvía en el cuerpo de su clon, explico.  La razón por la que no se clona gente viva además de legal es de base probada científica.  

Un clon de un vivo no desarrolla el habla, enloquece de violencia y termina por suicidarse. La ciencia no ha podido hasta hoy descifrar esto, simplemente no ocurre con los muertos. Estos regresan con todos los recuerdos, pero “saben” que no son los sujetos originales. Entonces se les pone el chip en el brazo derecho o la frente para bloquear los recuerdos. Solo se les priva de los recuerdos que le llevaron a su destrucción, lo demás se deja allí.

Una vez se exhuman sus restos se les extrae con la tecnología extraterrestre ADN.          La Post Persona es colocada en un vientre de agua que es como una matriz artificial.  Allí conectada a un estimulador celular la Post Persona es envejecida hasta su edad. Cuando el proceso termina, el vientre de agua se rompe y la Post Persona se libera. Aquello es raro, pues parece nacer en un artefacto similar a una ruleta de la fortuna.

Es también perturbador por las reglas que tiene el programa de las Post Personas.           Los padres pueden visitar las instalaciones el tiempo que dura el envejecimiento de ellos. Una vez la Post Persona es manifestada a nuestro mundo los padres son limitados.        Sólo ese mes se sienten “padres” pues lo ven crecer, luego el gobierno reglamenta.          No pueden hablarle de su muerte ni intentar conservarle, eso se paga con la vida misma.

Todos los “padres” saben el destino final de su Post Persona y lo aceptan con estoicismo. Esto así porque los padres tienen al final ese extraño sentimiento de tener y dejar ir.        En todos los años del programa hubo muy pocos incidentes con padres y entendieron. Nunca había pasado lo que les narro a continuación, por ello esto no es cualquier cosa. Esta, más que otra, es la historia de cómo el programa de las Post Personas finalizó.

Y no va a terminar como ustedes se lo imaginan queridos míos que me leen.                      Las Post Personas no tienen nombre propio pues no se le entienden como otra cosa.  Así cada Post Persona usa el nombre de una canción hasta que recibe su diploma.         Allí se le revela su verdadero nombre antes de decomisarle cruelmente, es ceremonioso.  Los Maestros de las Post Personas tampoco pueden revelar su nombre se les llama así.

Cada maestro por la materia que da, en mi caso, Maestro de Historia, y así por el estilo.  La Post Persona de ella nació y fue recibida por su familia, se veían tan felices con ella. Le dijeron que había sido “resucitada” para terminar la escuela, que esa era su meta.   Yo los miraba desde detrás de un cristal con El Barquero, que es quién los trae de vuelta. El Barquero es el título otorgado al científico que primero los clona y luego los decomisa.

Si no sabes, es un homenaje a la mitología griega donde este se encarga de las almas.  Su Post Persona sólo tenía que terminar un año, por lo cual tenía muy poco tiempo.          Cada día la veía, aunque ella tuviera dieciocho años y yo treintaicinco años, era duro.  Yo no veía en ella una Post Persona veía a la original y ella, en mi clase me miraba raro. La atracción mutua era inevitable, aunque ella no entendiera la razón de esta.

En su ser, ella sabía que algo pasaba conmigo y con ella, solo que no lo recordaba.       Un buen día se acercó a mí a consultar una duda y víctima de mis impulsos la besé. Cuando la solté empezó a aguantarse la mano donde estaba el chip y se fue de rodillas.   Sus ojos se tornaron blancos por un instante y supe que había cometido un error fatal.  Todos sus recuerdos bloqueados se liberaron y me miró, estábamos solos en el salón.

Terminamos amándonos, ella sobre mí en el escritorio mío, no sé cómo no nos atraparon. Estoy de vuelta, me dijo al terminar y vestirnos, luego añadió que necesitaba drogarse. Le dije que precisamente eso la había llevado a su muerte, ella me miró y sonrió de lado. Esta vez tendré más cuidado, y se me antoja una mujer también, añadió ojos a medias. En ese momento mi corazón se puso a mil latidos por hora, ¿Qué rayos había hecho?

Le insistí que se calmara que estaba siendo víctima de su averiado chip, ella se enojó. Sólo se vive dos veces, comentó intentando alejarse lentamente, la llamé con cuidado. Niña Roja, ese era su nombre de Post Persona, a lo que ella contesto, no soy una niña. Entonces se volvió y huyó de mí, mi alma se heló en mi ser, había causado una paradoja. Tenía que detenerla antes de que como la original terminara muerta de una sobredosis.  

Las cosas se salieron de control, si bien los salones no tienen cámaras los pasillos sí.    Con toda la seguridad allí y más por el programa de las Post Personas ella se escapó.    Y solo fue cuestión de tiempo, antes de que se diera parte a las autoridades al respecto. Ahora, ella era oficialmente una fugitiva del programa cual tenía orden de decomisarla. Yo la conocía mejor que ellos, me dirigí a aquella pocilga donde solía drogarse la original.

¡Cuántas veces al final del último semestre su madre y yo fuimos a sacarla de allí! Sinceramente perdí la cuenta, el amor nos lleva por caminos tenebrosos y aguas turbias. Al llegar la encontré desnuda entre varias lesbianas, tatuadas, con prendas masculinas. Miró débil y soñolienta, sonrió, me gustan los hombres, pero amo las mujeres, admitió. Nunca fue un problema para mí, te amo tal y como eres, le dije mirando lo que allí había. 

En el suelo había botellas de cerveza y vodka, cigarrillos, mariguana, pastillas, cocaína. Había juguetes sexuales típicos de su “otro yo”, como ella les llamaba a esos “episodios”. Nada cambia que el mejor sexo de mi vida fue con usted, Maestro, dijo burlonamente.  Te están buscando para decomisarte, le dije acercándome, ella se encogió de hombros. No tengo remedio, dijo llorando silenciosamente, en eso te equivocas, le dije, y lo hice…  

Tercera parte Alma viviente

Cuando El Barquero me vio en su apartamento supo que no era sabio gritar por ayuda. En que le puedo ayudar, preguntó como si aquello fuera nada, y ella, ¿qué hace aquí? Es una Post Persona, eso ya lo sabes, era mi novia hace mucho, su chip falló, le dije. Pero es una estudiante de escuela superior y tú le das clase, como no se…le interrumpí. Los archivos de mi generación se quemaron, la revuelta de La Última Noche, admití. 

Ya, cuando la gente se volvió loca al descubrir que no estábamos solos, dijo pensativo. Su chip falló, ella se escapó del programa y ahora la quieren decomisar, le expliqué.   Está jugando a Romeo y Julieta Doctor, eso nunca acaba bien, le sugiero que…                Le apunté con el arma que traía, no busco su opinión, sino su ayuda, tengo una teoría. ¿Qué puede hacer este chino nacionalizado por usted y su chica de origen indígena?

Vamos a ir a las facilidades dónde se producen las Post Personas y la va a envejecer. ¿Estás loco?, nunca se ha envejecido a una Post Persona una vez terminado el proceso. Siempre hay una primera vez, tengo una teoría que quiero probar, necesito salvarla de… Necesitas salvarla de sí misma, vi su expediente, me opuse a su resurrección, nadie… Nadie escucha, ya me la sé, pero creo que eso podría causar un “reinicio” de su cerebro.

Es una soberana locura, ¿usted cree que eso “curará” sus “desvíos” y adicciones colega? Vale la pena cuando la quieren decomisar, buscarán una adolescente no una adulta.    Me condenarán a la silla eléctrica por esto, lamentó el sujeto, lo lamento, le dije y salimos. El Barquero condujo conmigo a su lado y ella en el asiento de atrás sedada, al lugar.  Fue tenso el recorrido cada uno mirando con el rabo del ojo al otro, por si acaso.

Entramos fácil por el hangar de servicio y la colocamos en una silla de ruedas especial. Nos dirigimos al laboratorio y la conectamos a uno de los vientres de agua sin usar.           El sujeto le puso las agujas y llenó la maquina con líquido amniótico artificial, pulsó iniciar. El proceso de envejecimiento empezó, se le programó para treinta y cinco años de vida. Mientras se daba el proceso, El Barquero, encendió la televisión y salieron las noticias.

Mostraron las fotos de ella y mía, ya se sabía que estábamos juntos, éramos fugitivos. El Gobierno había dado orden de decomisarnos a ambos a primera vista sin preguntas. Repentinamente, las noticias se interrumpieron y lo que se vio en pantalla fue surrealista.  La imagen de un alienígena gris de ojos negros hablando nuestro idioma, nos miramos. Él reclamaba la entrega de la nave no tripulada y declaraba que destruiría El Programa.

Explicó que aquella era una capsula médica que, durante una batalla, se había perdido. Aclaró que aquello nunca fue un regalo a la humanidad, sabiendo lo irracional de esta. Dejó claro que destruirían todas las instalaciones de Post Personas en la próxima hora. Sin embargo, admitió que aquello no era guerra, era una forma de devolver el equilibrio.  Los reportes de ataques a las distintas instalaciones alrededor del mundo no tardaron.  

Ella despertó justo en el momento en que a las instalaciones llegaban los decomisadores. La gente encargada de eliminarla a ella y a mí, un equipo táctico irrumpió en el edifico. Ella confundida y yo asustado, nos escondimos tras uno de los vientres de agua.               En aquel momento, El Barquero les aseguró que nosotros no estábamos allí, fue en vano. Los sujetos ametrallaron a El Barquero sin piedad alguna, y en ese momento pasó.     

Las luces del edifico empezaron a parpadear violentamente, hubo cortocircuitos.             Los extraterrestres arribaban a las instalaciones de las Post Personas para destruirlas. Hay que matarlos antes que, dijo el negro que lideraba el equipo cuando dio la primera. Una tras otra las bombas alienígenas golpearon contra el edificio haciéndolo pedazos.  El equipo táctico se hundió bajo toneladas de escombros, mientras yo me aferraba a ella.            

No hay una peor sensación en esta vida que sentir que nos llega el fin del camino.            Así me sentí en ese momento aferrado a ella bajo los escombros, sentí que llegó el fin. Nunca había pensado como iba a morir, pero en los brazos de mi amada, nada mejor.  Poco a poco empecé a perder la conciencia como cuando se lucha contra el fiero sueño.  Luego todo fue obscuridad, la más profunda y sin embargo reconfortante al final de todo. 

A lo lejos escuché un ruido, eran las noticias, el mundo miraba todo aquello con horror.  Los alienígenas habían destruido todas las facilidades en menos de una hora terrícola. Sin embargo, no nos invadieron ni esclavizaron como muchos hubiesen esperado al final. Sólo quisieron acabar con aquella espantosa e irracional locura de las Post Personas.  La Gobernante Suprema de nuestra nación presentó su renuncia justo cuando vi la luz…

Epilogo— Post data:

Querida ahijada mía, les escribo desde un café de poetas y literatos para saludarles.  Estamos muy felices lejos de allá, aquí se respira otros aires, buenos aires, si me captas.    Desde que hace un año atrás los alienígenas se manifestaron e hicieron eso, todo mejor. La verdad es que la humanidad está más tranquila, no sé cuánto dure la luna de miel. Los humanos suelen ser de memoria corta y la paz que leo hoy en el periódico, efímera.

Espero que puedas escusarme de asistir a tu boda, pasará mucho antes de que regrese. El rencoroso Gobierno no olvida fácil, quieren borrar a las restantes Post Personas.        Por lo cual, aunque me crean muerto y a ella también, no puedo arriesgarnos, por ahora. Si ellos no hubieran descendido a las facilidades no hubiéramos tenido oportunidad.       No les temas si regresan algún día, fueron más que piadosos con nosotros los humanos.

¿Qué estábamos pensando cuando creamos ese programa tan espantoso?    Jugábamos a ser Dioses, soplar en el rostro de Adán y hacerle alma viviente, tal el mito.  ¡Que par de años tan rocambolescos los que nos han tocado vivir y sobrevivir recién! Fuere como sea, estoy muy alegre por ustedes, acá enseño y claro, vivo de la poesía.  Vivo para mi amada y ella para mí, disfrutando de las cosas simples de esta vita nuova.

Ella y yo hacemos unicornios de papel estilo origami y los dejamos por todas partes. Cada uno es único pues tiene un poema inédito mío que nunca repetiré, allí quedarán. Quedarán tal quedan los sueños de los recién nacidos entre el recuerdo y la imaginación. Nada, me despido mi ricitos de oro, siempre puedes contar conmigo y con mi esposa. Espero que esta carta tenga todas las respuestas a las preguntas que se han hecho…

Quién que te quiere mucho.