(San Juan, 10:00 a.m.) En la madrugada de hoy, viernes 20 de agosto, murió Larry Harlow, conocido por el “judío maravilloso”, y cuyo nombre de nacimiento era Lawrence Ira Kahn. A su muerte tenía 82 años. Murió de insuficiencias renales. Con su partida terrenal se va uno de los grandes de la música del género salsa, quien desde los inicios fundacionales del género en la ciudad de Nueva York, apostó al ritmo desde una mirada multicultural.
Judío de nacimiento, la primera conversión que hizo Harlow fue en la década de 1960. En ese momento, al triunfo de la Revolución Cubana de 1959, se mudó a la Habana, donde curiosamente se encontró con Jerry Masucci. Ambos asumieron y afirmaron la Regla de Ocha, se hicieron santeros y creyentes. En el caso de Harlow, bastante inusual el dato, toda vez que venía de una tradición judía newyorquina.
Luego de esto, regresa a los EE.UU. en el 1962, y se va integrando a la emergente Fania Música (fundada en el 1963), donde incorpora ritmos cubanos a partir de la guaracha, así como los cantantes que tanto él y Masucci identificaron en Cuba, los cuales luego trajeron a Nueva York.
Ya en el 1978, entre las diferencias entre Masucci y el codueño de la Fania, Johnny Pacheco, sube Harlow a la dirección de la empresa. Harlow sustituye a Pacheco en la dirección musical de Fania Music, mientras que el otro se quedó como director de la Fania All Star.
De mi parte, larga vida para Harlow quien tuvo virtudes y desaciertos pero nadie le puede quitar que promovió la multiculturalidad. Esto a partir de sus múltiples creencias religiosas, así como su virtud y profundidad musical. Que descanse en alegría y con mucha música allí donde esté.