Editorial: La libertad e inocencia del acusado por encima de la libertad de prensa [no toleremos el periodismo irresponsable de Carlos Díaz Olivo]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.)  En el día de ayer, dos hombres negros, Uroyoán Walker Ramos y Carlos Severino Valdez, fueron declarados no culpables y, de paso, absueltos de un caso que nunca debió haber llegado a los tribunales.  El caso llegó al Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de San Juan, porque se convirtió en un acto de persecución política contra estos, iniciado por parte de una persona que es figura pública, y que ejerce de periodista en varios medios de prensa y sistemas mediáticos del país. Carlos Díaz Olivo se convirtió en el verdugo de una falsa acusación basada en que “a mí me molestó lo que ellos hicieron”.

El Dr. Walker Ramos fue el presidente de la Universidad de Puerto Rico de los años 2013 a 2016. El Dr. Severino Valdez fue el rector del Recinto de Río Piedras de la UPR, durante los años 2014 a 2016.  Ambos son destacados académicos de la universidad, ambos vienen de orígenes sociales humildes, ambos son hombres de clara estirpe afrodescendientes y, en el caso de Severino Valdez, de origen dominicano. Walker Ramos es el nieto de Geraldo Walker, hombre afrodescendiente de Loíza-Canóvanas, y quien fue abogado de Pedro Albizu Campos en la década de 1930 y 1940, y miembro fundador del Club Tanamá.

Carlos Díaz Olivo, por razones que nadie conoce, creó una cruzada contra ambos funcionarios públicos. Nadie sabe cuál fue su motivo, salvo que el mismo coincidiera con motivos ulteriores del Partido Nuevo Progresista (PNP), el cual asumió el poder del ejecutivo en el 2017. En la plataforma de partido del PNP para las elecciones del 2016, estos dijeron sobre la UPR: “Se eliminará el poder discrecional en la destinación de fondos universitarios, especialmente en la otorgación de becas”.

Lo cierto es que en la vista de transición de gobierno del fines del 2016, el director de la transición del entrante gobierno de Ricardo Rosselló, el Lcdo. Elías Sánchez pidió personalmente el expediente de la UPR-Becas Presidenciales, el cual el Departamento de Justicia del saliente gobierno de Alejandro García Padilla había decidido archivar y no proceder con radicar cargos. Dato importante, en diciembre de 2016, la UPR había realizado un segundo informe de investigación que había exculpado a los funcionarios públicos de toda responsabilidad criminal o administrativa.

Así las cosas, durante el año 2016, en particular a partir de febrero, Carlos Díaz Olivo utilizó su micrófono en la radio WKAQ para ponerle presión a la Junta de Gobierno de la UPR para investigar a los funcionarios públicos. En entrevistas realizadas luego del despido de estos dos funcionarios universitarios, en julio de 2016, cinco de los miembros de la Junta de Gobierno dieron declaraciones que la razón de más peso que tuvieron para solicitar el despido fue el dato de la presión que sentían de parte de Carlos Díaz Olivo, pidiéndoles a los miembros de la junta acción so pena de llamarles “corruptos”.  En otras palabras, Díaz Olivo/WKAQ se convirtieron en hacedores de un proyecto político que en nada tenía que ver con la verdad, simplemente con el deseo de Díaz Olivo de materializar su sueño: el despido y subsecuente acusación de los dos funcionarios universitarios.

Lo cierto es que en el 2018, en reunión privada con Javier Cosme, entonces director de noticias y contenido de WKAQ, este aceptó que Carlos Díaz Olivo no tenía que decir la verdad, sino hacer un novelón. Que los novelones venden pauta, y eso era suficiente.  En el 2021, Cosme fue despedido de su posición, y en el proceso entre 2018 y 2021, mediaron varias cartas de abogados de los funcionarios universitarios pidiéndole a la estación un cese y desista del acoso de Díaz Olivo, lo cual en la práctica sí ocurrió.  Desde el 2019, Díaz Olivo no ha vuelto a hablar en WKAQ del caso de las Becas Presidenciales.

Ahora bien, con antelación a las elecciones, el Grupo Ferré Rangel (El Nuevo Día/Primera Hora), reestructuró su relación de trabajo con Díaz Olivo, y lo convirtió en “hombre de estado”. No es cierto que él ahora se asuma como hombre sabio. Desde el 2019, pesa una investigación concluida en el Tribunal Supremo de Puerto Rico contra Carlos Díaz Olivo, por este abusar de su poder, como profesor de derecho y hombre de noticias, para interferir indebidamente contra la judicatura.  Véase In Re Carlos Díaz Olivo, 2019 TSPR 205.

Finalmente, hasta las elecciones del 2020, Carlos Díaz Olivo tuvo cierta injerencia en Telemundo y su sistema de noticias. No obstante, en el pasar del tiempo, Telemundo, que había asumido la línea del comentarista-abogado durante los años del 2016 al 2020, se fue distanciando de esto, producto de la insistencia de otros periodistas dentro de dicho canal, de que la historia contra Walker Ramos y Severino Valdez era un tanto más compleja.  Muestra de esto se dio ayer, que Telemundo asumió una línea editorial separada y había solicitado de antemano la exclusiva de la entrevista post sentencia. 

Por lo tanto, todo lo anterior es para afirmar que por encima del derecho a la libertad de prensa e información en el cual creemos completamente, existe el derecho a la libertad y a la presunción de inocencia. El mismo está consagrado en la Constitución de Puerto Rico, así como en la del poder metropolitano, los EE.UU.  No obstante, el periodismo irresponsable de Carlos Díaz Olivo, al servicio personal o de un partido político, produjo una distorsión en el sentido ético del reconocimiento al derecho fundamental a la libertada y la presunción de inocencia.

Nadie podrá saber cuál es el motivo detrás del accionar de Carlos Díaz Olivo.  A lo mejor es su pelea histórica contra Antonio García Padilla, expresidente de la UPR y profesor de derecho en dicha universidad.  Tal vez sea un pedido o favor político al PNP.  O simplemente un acto racista y clasista, que piensa que los hombres y mujeres negros no pueden llegar al poder, y su cruzada es consistente con los linchamientos que se dieron en los EE.UU, contra hombres y mujeres afroamericanos, hasta la década de 1960. 

Lo que sí sabemos es que el Grupo Ferré Rangel, WKAQ Radio y Telemundo, no pueden tener en sus plantillas de trabajo a un periodista-comentarista-abogado que abusó de sus privilegios para crear falsas imputaciones.  Como bien hizo en el día de ayer Telemundo, que en todos sus actos se distanció de Carlos Díaz Olivo, hoy le pedimos a las tres plataformas mediáticas y de prensa que prescindan de los servicios profesionales de él.  Puerto Rico no merece periodistas-comentaristas irresponsables.  Puerto Rico merece algo mejor.

¡Carlos Díaz Olivo, estás despedido!

 

El Post Antillano