(San Juan, 1:00 p.m.) Luego del veredicto de no culpable a favor de Uroyoan Walker y Carlos Severino, pasado presidente de la Universidad de Puerto Rico y pasado Rector del Recinto de Rio Piedras, respectivamente, uno pensaría que todo se tranquiliza. No es cierto. La vida continua y realmente hablando, los programas de televisión así como la prensa, han superado de forma inmediata la noticia. No obstante, la radio le ha dado un espacio profundo, en la cual los dos hombres libres y soberanos han participado sin parar.
Ahora bien lo trágico de esto, es que nadie les devuelve su reputación perdida o trasquilada por espacio de casi seis años. Nadie habla de los lugares que debieron de haberlos invitado y no los invitaron. Nadie habla del sacrificio y dolor de levantarse todos los días con la frente en alto, mientras personas como Carlos Díaz Olivo, Jay Fonseca, entre otros despotricaban contra ellos.
Hoy hay que valorar el sentido de libertad y de superación de este tipo de “linchamiento” mediático compuesto por personas que hacen del periodismo un ejercicio del terror. Es momento de investigar como personas desde plataformas mediáticas o de forma independiente, crearon noticia donde no la había. Es importante ahora, plantear un nuevo tipo de periodismo.
De forma injusta, por el capricho del periodista y hombre mediático, Carlos Díaz Olivo, entre otros, personas inocenes fueron expuestas a un via crucis. A esos que desde la propia Universidad de Puerto Rico conspiraron para hacer daño sin justificación alguna, hoy deben de saber que han sido derrotados.
Es momento de reconstruir el país en otra dirección y posiblemente con otras personas. Los que participaron en el linchamiento de Walker Ramos y Severino Valdez, deben saber que fueron derrotados.