Entre mascotas y bebés, ¡gozando!

Caribe Hoy

Cuando se tiene una o varias mascotas y de repente se unen a la ecuación la llegada de un bebé, surgen muchas dudas y preguntas.  Una de las primeras interrogantes es cómo vamos a presentar el bebé a la mascota para evitar accidentes y proteger al infante. Otras es ponderar si debemos continuar teniendo la mascota o debemos buscarle un nuevo hogar.  Por otra parte, si la mascota está acostumbrada a ser parte de la familia y compartir en la casa, nos podemos cuestionar si debemos ubicarlas en otro lugar fuera de la casa para proteger al bebé.

Se debe tener presente que las mascotas sienten celos con la llegada de un bebé u otro integrante a la familia.  Esto sucede no solo con infantes sino también con otras mascotas que se añadan al grupo.  Así que, cuando hay un nuevo integrante en la familia es importante mantener la atención, cuidos y caricias hacia las mascotas para reducir los celos y evitar que se sientan desplazados y abandonados.

Es importante introducir el nuevo bebé a la mascota lo más pronto posible.  Esto se tiene que hacer de forma supervisada para tomar cualquier medida correctiva de forma inmediata, y fomentar una buena relación entre la mascota y el bebé. Una vez se le presenta el bebé a la mascota, esta lo va a olfatear.  No es aconsejable apartar al animal de forma brusca, sino por el contrario, se debe hacer el proceso con muestras de cariño a la mascota para que aprenda a socializar con el bebé. De más está decir que siempre hay que supervisar la interacción, y nunca dejar a la mascota sola con el bebé.

Según el bebé crece se va acostumbrando a tener la mascota cerca e interactuar con ésta.  Sin embargo, a los infantes se les hace difícil entender bien que el animal no es un juguete.  En esta etapa de crecimiento de los bebés es más importante aún la supervisión, para evitar tirones o molestias al animal por el menor, que puedan provocar una reacción agresiva de la mascota.  Es importante ir enseñando al infante como tocar y relacionarse con la mascota.  La supervisión y dirección entre mascota e infante, facilitará una sana convivencia y una relación social y saludable entre ambos.

Hay que tener en cuenta que una mascota adulta tiende a controlar más sus impulsos que si se trata de un cachorro o una mascota joven. Estas últimas, al ser jóvenes, tienden a morder todo a su alrededor, a ser más activas y juguetonas.  Otro dato importante es que las mascotas, cuando hay bebés, infantes o niños deben estar limpias, desparasitadas y con todas sus vacunas al día, para evitar la transmisión de enfermedades.  Se debe evitar que la mascota se acueste en el área donde duerme el bebé para evitar que se desarrollen alergias o problemas en las vías respiratorias.  También se debe evitar que la mascota lama al bebé.

A pesar de que pueda haber muchos temores e incertidumbre en el manejo de una mascota frente a un bebé, lo cierto es que, si uno supervisa la interacción entre ambos de forma positiva, se pueden establecer unos vínculos fuertes entre el animal y el infante, que serán de gran valor para el desarrollo y crecimiento emocional del menor, y le fortalecerán su auto estima, su sentido de responsabilidad y el sentido de cuidado hacia otros.  Por su parte, la mascota se puede convertir en el protector y guardián del infante.