A Baldorioty de Castro " Sin miedo y sin Tacha"

Cultura

Por unos instantes oí los pasos de 16 patriotas

emergiendo entre siniestras sombras.

Los vi a medianoche, la hora mas oscura,

de Mayagüez zarparon esposados,

un 8 de noviembre en buque clandestino

para ser fusilados.

Ocultos sin que nadie supiera la huella de su rumbo

en el año terrible del 87, hace más de un siglo

cuando fuertes marejadas devoraban la proa,

ante un mar furioso y la conciencia en calma,

los escolto el idioma de la luna en los mares,

el timón de sus luchas y la hora de la hombría.

Al arsenal de la Puntilla llegaron de madrugada

extenuados y alertas como faros

que alumbran a los pueblos ante las tempestades.

Un día tremendo del 9 de noviembre había que humillarlos

a pie por el Paseo la Princesa,

( que un día soñó Baldorioty convertirlo en banco de semilla)

recorrieron la tonada rabiosa del viento que protesta,

hasta encerrarlos en tres húmedas bóvedas

a la entrada del Castillo de San Felipe del Morro.

Testigos fueron, el mástil de sus sueños,

las gaviotas, el valor, el dolor, la indignación de un pueblo,

la inquietud de la rabia, la templanza de saber quienes eran

un furor de justicia ante vastas tinieblas.

Sus crímenes: juntar palabras que forman a los pueblos,

transformar sus plumas en fusiles

y estallar ideas en hojas de periódicos.

Sin que nadie sospechara la infamia ,

los malvados creyeron podrían fusilarlos,

con frases viles urdieron doblegarlos,

seguros que atrapados sus cuerpos liberarían sus miedos.

Allí Baldorioty, el líder esperaba.

Y fueron donde él, sintiéndose invencibles,

con ademán de mando para romper su ánimo.

Tenía que firmar que su ideal había sido un sueño ,

Un río que no canta, un mundo imaginario

entonces se abrirían las celdas y enfundarían sus armas.

Pero Baldorioty, siempre fiel a si mismo

por su mente solo cruzó el amor y prefirió a su tierra.

Ni la humedad del tiempo, ni el limo en las paredes,

ni la muerte rondando lograron rebajarlo.

En su alma noble, el mal se volvió estéril

y los barrotes alas.

Allí la voz del déspota la convirtió en escombros.

A sus 60 años, la derrota la transformó en victoria ,

la dignidad en bandera , el drama en historia.

y advirtió a sus captores lo libre que era preso:

"Este es el precio de la libertad, compañeros, que renunciemos a la prédica autonomista. Antes me cortaría la mano que firmar esa indignidad. Cuando salga de este encierro, si es que salgo, continuaré predicando la autonomía y si los hombres la temen, la predicaré a las mujeres. “

Así fui testigo de la historia del periodismo libre

que defendió Lola y antos patriotas a riesgos de sus vidas.

A pesar del olvido: ”el prisionero sin crímenes" sigue vivo en su amor.

Martí nos lo recuerda:

“Ni un átomo de lacayo tuvo el previsor Román Baldorioty de Castro “

Rescatémoslo por fértil, por su palabra,

porque nos acaricia, porque nos hace bien,

porque supo unir lo que estuvo dividido,

y hacer patria ante la persecución, el miedo,

la cárcel y el destierro.

Porque seguimos clamando libertad,

porque con tinta de patriotas se formó esta nación.

Reclamemos su luz, y los caminos que nos llevan

a atisbar horizontes para empezar de nuevo.