Favor de no hablar con los cabilderos por la estadidad [es una orden de Pierluisi]

Política

(San Juan, 1:00 p.m.)  En lo que parece un chiste de poco nivel intelectual, el gobernador de turno, Pedro Pierluisi, acaba de indicarnos en el día de ayer, que si usted no es estadista, no le puede hablar a los cabilderos.  En una conferencia de prensa realizada en Coamo, mientras repartían pagos de $100.00 a las personas que se vacunaran, Pierluisi indicó que sólo le compete a la comunidad estadista del país, dirigirse y fiscalizar la actividad y función pública que los delgados por la estadidad realizan en la ciudad de Washington.  Es, simplemente un chiste de poco nivel intelectual.

Los famosos “cabilderos” como se les conoce públicamente, son seis personas electas durante elección especial llevada a cabo durante el pasado mes de mayo, y quienes tienen un sueldo público que fluctúa entre $90 a $120 mil dólares. Solo dos de ellos, Ricardo Rosselló y María “Mayita”  Meléndez Altieri, renunciaron a sus respectivos sueldos. Los otros cuatro, reciben su paga.  Al sol de hoy, solo tres de ellos habían presentado su informe de progreso luego de 90 días de iniciada su gestión, siendo el de Elizabeth Torres el más controversial, pues ella pidió la disolución del cargo de delegados.

No obstante, Pedro Pierluisi, ante la controversia causada por Torres, y ante la resolución presentada en la Cámara de Representantes para tener una vista de interlocución con los cabilderos, indicó que sólo los estadistas les pueden hablar. Esto es un soberano disparate, que como bien apuntaron todos los periodistas presentes en Coamo, son funcionarios públicos pagados con fondos públicos, por lo cual están sujetos al escrutinio general del país.

Está llegando el punto, que la paciencia con Pedro Pierluisi se está perdiendo, toda vez que éste, un abogado distinguido del mundo corporativo, está patinando en el entendido de qué trata el derecho.  Es un error de muy pobre juicio decir que el pueblo de Puerto Rico, por vía de las instituciones democráticamente electas, no puede fiscalizar al cuerpo de delados a Washington, al cual Pierluisi, el pasado mes de julio, había y prohibido que les llamaran cabilderos. ¿En serio?  Momento de reflexionar. ¿Quién es Pierluisi? Pensemos.