Norberto González, el librero Patriota

Cultura

(San Juan, 1:00 p.m.)  Norberto González fue mi amigo.  Aclaro, fue el amigo de tantas y tantos, que nos dedicamos a ver libros, comprar libros, vender libros y sobre todo a escribir libros.  Es un asunto tan doloroso, como hemos dicho tantos en las pasadas 24 horas, que restan palabras, lágrimas, y más que todos los sueños, para describir este momento.  Porque te hemos querido tanto, es que se nos hace tan difícil este momento.

Mis anécdotas no terminan.  Pero llevaba dos semanas pendiente a la información que tu hermana, Ana González nos proveía. Siempre me ofrecí a irte a visitar, con bata blanca que dijera Dr. Nina.  Bata inventada de escritor buscando a uno de sus libreros más queridos. Sobre todo, mi mentor sobre la industria de libro. 

Si algo logré hacer a lo largo de 15 años de amistad relacionada a la venta de libros inicialmente y luego de todos los inventos en que hemos participado desde el centro comercial en Hato Rey, o desde la calle de los libros en Rio Piedras, fue disfrutar reírme contigo.  Eres una joya de la sonrisa, innata y siempre disponible.

Lo que no me imaginaba es que luego del sábado 25 de septiembre, y el martes 28 de septiembre, días que nos encontramos e hicimos chistes, tu fueras internado.  Lo que nunca imaginé que sería en ruta a tu transformación eterna.  De mi parte, mi solidaridad para contigo, tus 29 miembros familiares que trabajan en las empresas Norberto González, y sobre todo a tus hermanos Ana y Cheo, en particular, con quien todas y todos  nosotros, los escritores, hemos tenido una relación de trabajo tan profunda.

Ahora continuamos. Sí, con tu legado.  La vida va a continuar y tu memoria, recuerdos y obra, no desaparecerán.  Gracias por todo lo vivido y por tu profunda amistad.

Un abrazo hermano, un fuerte abrazo.