La muerte de Segundo Ruiz Belvis en Valparaíso, Chile

Cultura

(San Juan, 11:00 a.m.) Siempre me han llamado la atención las dudas que existen sobre la causa de la muerte en Valparaíso, Chile, del prócer Segundo Ruiz Belvis que nació un 13 de mayo como hoy hace 192 años. Se ha hablado de asesinato, de suicidio y de problemas de salud que algunos contemporáneos suyos no conocían. Este texto de la Fundación Encuentro Histórico Hispanoamericano se hace eco de las investigaciones del historiador Mario Cancel Sepúlveda. Dice así:

Nacido el 13 de mayo de 1829 en Hormigueros, Segundo Ruiz Belvis ha sido una de las personalidades más enigmáticas de nuestra historia del siglo XIX. Fue un político y abogado puertorriqueño que destacó como líder abolicionista e independentista y compañero inseparable de lucha del Dr. Ramón Emeterio Betances.

Fue el primer líder puertorriqueño en viajar a Panamá, Perú y Chile trascendiendo la metrópoli y el Caribe. Pero la vida de Ruiz Belvis fue muy corta, toda vez que murió a los 38 años de edad, en una misión en Chile, en circunstancias un tanto misteriosas de las cuales se ha comentado tres posibilidades: asesinato, suicidio o muerte repentina por enfermedad.

Sobre la muerte de Ruiz Belvis en Chile nos dice el historiador Cancel Sepúlveda en su documento "Segundo Ruiz Belvis, destino de sus restos" que "en los libros de la Parroquia Matriz del Salvador en Valparaíso se anota que su fallecimiento ocurrió el día 3 de noviembre de 1867 y que su entierro se celebró al día siguiente “con oficio menor en el Cementerio de esta ciudad.” No recibió Ruiz Belvis los sacramentos “por no haberlos pedido,” según informes del Vicario Jorge Montes." "Ese mismo día cuatro fue trasladado al cementerio, hoy Cementerio número uno, tras el pago de $8.50 por un féretro de segunda clase y el derecho de enterramiento. Dicha suma fue saldada por un tal Antonio Cruz, posiblemente masón como el fenecido. En estos documentos se atribuye la muerte a una “contusión interior”. No consta si se realizó autopsia en el cadáver."

"Cuando la noticia llegó a las Antillas, Betances se hallaba inmerso en los preparativos de la revolución de Lares. Se manifestó en torno a la muerte de su colaborador y amigo en una dolida proclama el 22 de diciembre de 1867 firmada por el Comité del Oeste del Comité Revolucionario de Puerto Rico. Ruiz aparecía ante los ojos de Betances como un modelo a seguir cuando decía que “los hombres pasan, pero los principios quedan y triunfan.” 

Añade Cancel Sepúlveda en su escrito: "El misterio rodeó aquella muerte. El historiador de San Germán José Marcial Quiñones dice que en su tiempo la misma causó “honda impresión” y se habló de un posible envenenamiento criminal o de un suicidio. Otros historiadores indicaron que Ruiz fue atacado para despojarle de un diamante y de unas sumas de dinero que llevaba consigo." Como existía la sospecha de que el revolucionario había sido asesinado por agentes españoles, Betances mismo instó a compañeros de la lucha política a que iniciaran una investigación al respecto. El padre Fernando Meriño fue encargado de la misma. Justo Barros debía acompañarlo. Betances estimaba que si se reunían entre 1,600 y 1,800 pesos, se podían movilizar Meriño y Barros a Chile y desentrañar “si fue o no natural la muerte de Segundo Ruiz, si iba o no enfermo. Además del compromiso con el amigo, Betances estaba interesado en que Meriño reiniciara los contactos con el gobierno chileno, relaciones que la muerte de Ruiz había dejado truncas."

"En abril de 1868 el plan fracasó por falta de dinero. En carta a Antonio Ruiz a Hormigueros, Betances le comunicó: “No hay quien me haga comprender que entre su familia y usted no se puedan reunir $1,000. Sé que el amor a la plata es grande en nuestro país”. Agrega Cancel Sepúlveda: "ese mismo día 21 de abril, Betances envió una carta pidiendo excusas al padre Meriño por la suspensión de la empresa. Betances estaba desilusionado."

"El 31 de mayo de 1868, según la historiadora Ada Suárez Díaz, el doctor en medicina E.C. Menckel, expidió en Valparaíso, Chile, un certificado en donde se aclaró la naturaleza del deceso de Ruiz Belvis. El referido documento fue presentado como pieza de prueba en un pleito para certificar su fallecimiento. El documento es muy específico en cuanto a una serie de detalles del trasiego de Ruiz Belvis desde Panamá o Perú a Chile. Menckel aseguró haber asistido a Ruiz desde su llegada a Chile y que “un día o dos antes de partir de Puerto Rico había sido necesario ayudarle a dar salida a la orina." Se asegura en el documento que Ruiz Belvis pasó la mayor parte del viaje “en camarote y en cama” y que ya en el Callao, Perú, estaba sumamente débil y no pudo bajar a tierra. Allí, el 6 o 7 de octubre, le suplieron medicamentos y prosiguió su viaje pero ya tenía los testículos hinchados y la orina se le había infiltrado provocando gangrena que fue la causa directa de la muerte."

"En 1873 Eugenio María de Hostos se acercó a la tumba del prócer. Iba a “visitar al olvidado” Segundo Ruiz Belvis. Hostos había investigado antes de buscar la tumba. Sus investigaciones le llevaron a la conclusión de que "Ruiz Belvis había llegado enfermo a Valparaíso."

"¡Amigo de mis ideas! hiciste bien en descansar de la existencia. Descansaste a tiempo. Ni viste a Cuba martirizada, ni a Puerto Rico escarnecido" (Eugenio María de Hostos ante la tumba de Segundo Ruiz Belvis en Valparaíso)

(La segunda foto es del mausoleo de Ruiz Belvis en Hormigueros)