El mono anda suelto y sin carro estartalao

Caribe Hoy

El imaginario de Macondo se queda corto al lado de los pensamientos mágicos de los gobernantes de esta isla.  A fines de octubre el ilustre gobernador Pedro Pierluisi solicitό del secretario de Hacienda que eliminara los arbitrios a los automóviles más lujosos.  Esto porque quiere que las calles del país se vean más vistosas con el movimiento de este tipo de vehículo, ya que hay mucho carro destartalado corriendo suelto.

En principio estas aseveraciones parecerían una broma de mal gusto.  Desafortunadamente, no lo son.  Son una falta de respeto y una humillación al pueblo.  Esas expresiones pueden ser similares al acto del presidente Trump de tirarnos papeles toallas. Pedro Pierluisi, sin pudor alguno, ha ordenado favorecer a los más ricos y acomodados del país, que son quienes podrán comprar autos de lujo.  Este tipo de comentario refleja poca sensibilidad a la gente común y corriente, que es la mayoría en este país. 

El comentario es un desaire más para la clase media y trabajadora, y para la clase pobre del país.  Para estos, que somos muchos, no hay auxilios del gobierno.  Estos lo único que reciben son el alza de factura en luz, agua, costos diarios y miseros sueldos.  ¿Como puede un trabajador con sueldo misero, comprar un auto de lujo? ¿Como puede un retirado a quien se le corta su pensión comprar un auto de lujo? ¿Como puede un estudiante de la universidad del estado comprar un auto de lujo? A estos el gobierno tira migajas.  ¿Por qué no pensar en imponer más impuestos a todas esas industrias y personas que tengan mayores ingresos? ¿Por qué no pensar en reducir los impuestos de carros económicos para que sean accesibles a la mayor parte del pueblo? ¿Por qué se sigue auspiciando ser un paraíso fiscal para los más ricos, mientras que a los más pobres se les sigue ahogando con inflaciones y tributaciones?

Mientras los gobernantes sigan con una visión elitista de querer reflejar un país que no somos; mientras los gobernantes no consideren proteger los ciudadanos de esta isla garantizando mejores sueldos, salud, retiro y condiciones de vida en general; mientras los gobernantes no cesen de ofrecerle el país en bandeja de plata a cualquier capital  extranjero; mientras los gobernantes piensen que el dinero es lo único que hace un país; mientras se piense que mientras más ayudas federales se mendiguen mejor está el país; mientras no se entienda que el gobierno necesitan fomentar y apoyar a las pequeñas y medianas empresas; mientras todo esto y más no suceda, los puertorriqueños seguirán migrando masivamente para el Norte.

A lo mejor eso es parte del plan: un Puerto Rico sin puertorriqueños.  Sin embargo, el gobierno olvida que el calor de los boricuas, su sazón, alegría y picardía es parte de lo que nos hace ser el pueblo que somos.  Nuestras costumbres e idiosincrasias como pueblo es la imagen que el gobierno se jacta de vender al extranjero pero que, en vez de fomentar, desde adentro se quiere destruir.  A todo esto, solo imagino esa flota de carros de lujos transitando por la isla, con las gomas explotadas y el tren delantero echo cantos, al caer en el océano de boquetes que tenemos en las carreteras de la isla.  Señor Pierluisi, el país está destartalado y usted solo piensa que con más carros de lujos estaremos mejor.  Me parece que el mono que anda suelto en la Ponce de León tiene más sentido común, pues anda libre y suelto como gabete...