Sobre el libro: “Asedios Militares AL PUERTO DE AGUADILLA 1779-1825” de Haydeé E. Reichard De Cardona, Editora

Cultura

(San Juan, 1:00 p.m.) A menudo, nos preguntamos cómo se construye una gran historia y cuáles son los factores que alzan hacia lo más alto de las listas de ventas. Sin darnos cuenta, olvidamos que, a la hora de publicar un libro, este no acaba con la última página y que apenas hemos recorrido el 50% del camino. Aún quedan muchas tareas por hacer, entre ellas, la difusión. Por tanto, ese es el propósito en esta tarde noche en este hermoso pueblo de Aguadilla.

La microhistoria es un tipo de historia que estudia el pasado desde el punto de vista de la pequeña comunidad, sea ésta una aldea, una calle o una familia. Se halla en estrecha conexión con la antropología y la sociología, dos disciplinas fundamentales que nos ayudan a entendernos como cultura y como pueblo.

En esta obra colaboraron un selecto grupo de investigadores, que dijeron Sí, sin reservas. Los compañeros junto a la editora, creadores al fin, conmemoran la valentía, heroísmo, y religiosidad de esta ciudad, Aguadilla.

Celebramos en diciembre de este año los doscientos veinticuatro años del asedio militar al pueblo y puerto de Aguadilla por barcos ingleses. Este acontecimiento histórico nos ha dejado saber que nuestra cultura e historia aguadillana tienen un lugar importante en los proyectos futuros para la ciudad. Pero ante todo nos recuerda y, se hace eco en la memoria que, en nuestra hermosa zona costera del oeste de Puerto Rico, somos cuna de la puertorriqueñidad. Puerto Rico comenzó en el OESTE. Y celebramos que el evento histórico del ataque Inglés al puerto de Aguadilla, se llevó a cabo un 26 de diciembre de l797, 224 año. Aunque a veces la historia no lo reseña, en nuestros orígenes como sociedad, hubo sus resistencias, muy bien reseñadas en la obra. Esto me lleva a pensar en lo siguiente; los patriotas no tienen nación, ya que son patriotas.

Un patriota ama profundamente la patria, la trabaja y se arriesga por ella. 

Patria es un lugar o comunidad con la que una persona se siente vinculada o identificada por razones afectivas.

Como nos dice Ruben Blases ¡Patria son tantas cosas bellas!

Dentro de estos patriotas, en esta coyuntura histórica, es importante reconocer a los vecinos de los pueblos de Aguada, Moca e Isabela, quienes hace más de doscientos años estuvieron dispuestos a dar sus vidas en defensa de aguadillanos, de su puerto y el Rey de España.

En este libro, el lector encuentra una visión diversa de Aguadilla a través de poesía y ensayos históricos. Su lectura permite al lector, conocer los eventos, lugares y personajes que dieron forma al territorio y a la herencia cultural que perduran hasta el día de hoy. Cada parte del trabajo nos muestra como todos los personajes del pueblo desde los más humildes hasta los más destacados, se entrelazaron entre sí para luchar contra los invasores que atentaban contra su pequeña patria.                  

De entrada, tres poemas exaltan los acontecimientos del ataqué inglés del siglo XVIII con imágenes poéticas. Cito una parte:

“Cuando vino el inglés a esta playa

que alumbran los rayos del índico Sol,

halló en Puerto Rico, cuál fuerte atalaya,

los pechos del chenche y el bravo español”

Himno Patriótico José Vidal Cardona Enero, 1897

Por otro lado, cinco colaboradores aportan breves ensayos donde cada uno aporta a la investigación y conocimiento de los asedios militares en que se vio envuelto La Guadilla, una vez España declara guerra a Inglaterra en 1796. Es importante recordar y prohibido olvidar, que, en nuestra historia, la joya de la corona, la isla de San Juan Bautista, estaba en la mira del imperio francés, holandés e inglés.                                                                                 

El historiador y profesor Carlos J. Carrero Morales, en su ensayo, cubre desde los ataques de piratas en el Siglo XVI a la Bahía de la Aguada-Aguadilla hasta el año 1825. El ensayo, nos indica los obstáculos que se le presentaron a Don Pedro de Arce y a los pobladores del barrio Aguadilla para que se le concediera el permiso para la fundación del pueblo. No es hasta el primero de febrero de 1775, que se le otorga el permiso, nombrando como Teniente a Guerra a Don Juan Bernardo de Sosa. Este ensayo me hace pensar y reflexionar sobre esos síntomas de apego al terruño Borincano que surgieron en y durante el desarrollo del establecimiento del pueblo aguadillano. Causado en gran parte por el asedio inglés en las costas aguadillanas. Esto me lleva a pensar en una de las tantas manifestaciones del concepto NACIÓN.

Recordemos que la nación surge cuando un conjunto de personas de un mismo origen étnico comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio.

En su ensayo, Walter A. Cardona Bonet, se conecta a los otros trabajos de este libro al describir las características propias de la región, relacionando lo regional con lo geográfico. La región es un proceso que se remonta en el tiempo; ella es producto de la cultura humana. Los pueblos hacen las regiones.” Conocedor por muchos años de la zona relata datos pocos conocidos con fuentes de evidencia que fortalecen el trabajo.

El ensayo, además de su enfoque a los asedios al puerto, está relacionado con la vida cotidiana del pueblo de Aguadilla y sus vecinos. Se evidencia esa cotidianidad en la vida de todo hombre y del acontecer diario de los habitantes del pueblo y la región. El historiador señala, como en el recién fundado pueblo existían propiedades, plaza, iglesia, tiendas de mercerías, pulperías y como sus vecinos trabajaban en su puerto y campos, siendo sus mujeres trabajadoras y religiosas. La lectura incita a transportarnos a ese tiempo, pensemos en La Guadilla. Por último, retrata la vivencia de la revolución haitiana, un hecho histórico de gran envergadura en la historia de América y del caribe, y su efecto en la costa Oeste de Puerto Rico. La Guadilla se convirtió en un espacio militar, como sucedió luego con la intervención de los Estados Unidos a Puerto Rico, luego de la guerra hispano cubano americana.

Joseph Harrison Flores, Director del Archivo Digital Nacional de Puerto Rico, nos sorprende con interesantes y reveladoras descripciones de cómo eran las defensas de nuestras costas en su ensayo Las baterías del Puerto de Aguadilla. El trabajo nos aclara muchos términos militares como la batería de fajina (de paja), que existía en el Pueblo de Aguadilla a finales del siglo XVIII. Lo que demuestra la pobreza y mal estado de la zona. Utiliza fuentes primarias de los Archivos Españoles, el Archivo Digital Nacional de Puerto Rico (ADNPR), del Archivo Digital de Aguadilla, las Crónicas y periódicos ingleses de aquel momento, libros y documentos el autor escribe una crónica de los eventos histórico-militares de Aguadilla nunca presentados. Aclara el interés del inglés en este puerto, por su situación geográfica, y población donde había agua fresca y víveres. Con una gran habilidad lleva al lector a la zona norte de Aguadilla, entre el Barrio Tamarindo y el sector conocido como El Fuerte, dónde acontecieron casi todos estos asedios.                                                     

El ensayo es una radiografía de las fallas del gobierno español hacia la protección de las costas de Puerto Rico. Luego que España le declara la guerra a Inglaterra en 1796, el gobierno de la Capital reconoce la necesidad incuestionable que se construyeran varias baterías y estableciendo cañones y armamentos de guerra necesarios especialmente en las zonas de Mayagüez y Aguadilla, la que tenia en el olvido. En mi imaginación sobresale, específicamente, la visión de cómo se fueron construyendo los cimientos de los que conocemos hoy.  

El Historiador del Tamarindo, José́ A. Amador Acosta, relata el último ataque militar a ese sector en su artículo Asedio Colombiano Militar de 1825. Contrario a los ensayos anteriores, en esta ocasión el pueblo es atacado por insurrectos colombianos cuyo fin era desestabilizar el gobierno español que iba en decadencia. Sorpresivamente en silencio, la noche del 21 de febrero de 1825, una corbeta colombiana se presentó al puerto del sector Tamarindo, tuvieron acceso a la batería San Carlos y adentrando a la misma ocasionaron muertes y heridos. Además, el autor relata cómo inutilizaron diez cañones y retornaron a sus buques con idea de regresar. Nos relata como Don José́ María Velarde pudo levantar y arreglar los cañones al día siguiente cuando los insurgentes quisieron atacar. Este ensayo se encarga de hacernos entender, que, ante el oportunismo de otros, el pueblo seguía firme en su defensa.          

La autora desarrolla un tributo póstumo a las heroicas defensas al puerto y ciudad de Aguadilla por valientes defensores, desde 1779 hasta 1825. Se encarga de resaltar esas hazañas de valentía, lealtad y esfuerzo compartido en que un grupo de militares pudo resistir al enemigo, apoyados por valientes milicianos aguadillanos y sus leales vecinos de Aguada, Moca e Isabela.                                                                

El trabajo evidencia la lucha de los Aguadillanos por defender su fundación, sus orígenes. La autora nos señala que los eventos aquí́ relatados son tan solo una microhistoria, pero son grandes en detalles nunca conocidos. La autora nos inspira a defender a Aguadilla y a NUESTRO Puerto Rico en el futuro. En lo personal le añado defender nuestro presente.

 

Eduardo Galeano indica que “el que no sabe de dónde viene, ¿cómo sabrá hacia dónde va?”. La historia es parte de nosotros, nuestra mente se encuentra conformada por ella y no sólo la personal, sino la de todos. 

 

La historia debe ser estudiada por ser esencial para los individuos y para la sociedad. Hay muchos caminos para discutir las funciones de este campo de estudio, pues puede ser interpretada en diversas maneras, la utilidad de esta obra, sin embargo, se basa en dos hechos fundamentales: Ayuda a entender el pasado de La Guadilla dentro de nuestra sociedad y nos ayuda a entender el mundo en el que vivimos. Si comparamos el carácter del Aguadillano actual, podemos entender ese mismo carácter, desde sus orígenes.                

 

Para finalizar, como indica la editora, hay que dar gracias al Dios de la historia, que con su gran sabiduría nos enseña a conocer el pasado para poder construir un mejor futuro.

 

 

* Ponencia presentada el 3 de diciembre de 202, en Aguadilla, Puerto Rico.