(San Juan, 1:00 p.m.) Acaban de venderle el histórico Hotel Normandie, el cual abrió en el 1942, a un inversionista de la Ley 22-2012, llamado Ezra Ishay. Si realmente a usted no le gusta que el país este siendo vendido y comprado por extranjeros no boricuas, pues tiene que hacer algo. Eso se llama nacionalismo económico, y la única forma de contrarrestarlo es poner en operación un plan de acción del rescate del terruño.
En fin, que si a usted no le gusta tiene dos opciones inmediatas: por un lado leer al poeta Virgilio Dávila y recitar el poema No des tu tierra al extraño. Lo otro, la solución de la liga de Baloncesto Superior Nacional, de invitar a los capitalistas emergentes de la música urbana para que inviertan en el baloncesto nacional. Esto también se aplicó a artistas y deportistas en Liga de Bésibol Nacional Roberto Clemente, y también ha funcionado. Lo que no podemos hacer es criticar y no hacer nada.
El país sigue a la venta pues el efecto de la Junta de Supervisión Fiscal, así como del DMO, agencia de mercadeo y turismo del gobierno de Puerto Rico, ha sido atraer a personas que no vienen de vacaciones. Por el contrario se trata de personas que vienen a comprar el país todo el tiempo. El efecto de esto, es que cada vez más, los bienes raíces nacionales, le pertenecen al “extraño”.
Es momento de concertarnos para defender la tierra, el agua, nuestros recursos naturales, en fin, nuestra identidad. No es momento para irnos a Florida, y menos para convertirnos en empleados del “extraño”. Pensemos.