Carta abierta al Rey de España Felipe VI

Política

Señor Rey de España, Felipe VI:

(San Juan, 9:00 a.m.) Su llegada a Puerto Rico, motivada según la información oficial por la invitación que le fuera hecha a usted por el alcalde de San Juan, señor Miguel Romero, resulta altamente impertinente, precisamente por la razón ofrecida para concertar esa visita, es decir, la conmemoración del 500 aniversario de la fundación de la ciudad de San Juan.

 Usted mismo se ha encargado, en sus expresiones públicas, de confirmar el verdadero propósito de su viaje a Puerto Rico: razones comerciales y financieras. No con Puerto Rico sino con Estados Unidos, con cuyo gobierno tuvo que coordinarse este viaje pues, usted lo sabe bien, la condición colonial de Puerto Rico le impide decidir quien entra o quien sale del país, le prohíbe llegar a acuerdos comerciales internacionales, no puede recibir oficialmente jefes de Estado ni cuenta con personalidad jurídica internacional para esos y otros asuntos.

 De forma, señor Rey, que los quinientos años de la ciudad de San Juan son realmente una excusa conveniente para acercarse a sus socios admirados, los mismos que derrotaron a sus antecesores reales hace 123 años en la Guerra Hispano-cubano-americana, como consecuencia de lo cual le entregaron Cuba y Puerto Rico a Estados Unidos, en calidad de botín de guerra.

Puerto Rico era la primera colonia española con la que se topaban los barcos provenientes de la península hacia América –vacíos—y la última con la que se conectaban en la ruta hacia Madrid, cargados de toda la riqueza saqueada a nuestros pueblos.

No es casualidad que, además de imponernos el castellano y el cristianismo como lengua y religión de conquista, nos dejaron una ciudad amurallada y dos fuertes militares, no escuelas, universidades, hospitales o centros culturales.

La ciudad de San Juan fue edificada por los conquistadores que estaban bajo las órdenes de sus antecesores imperiales, con el propósito de establecer un enclave colonial dirigido a garantizar la seguridad de las embarcaciones y personas que participaban en el saqueo de América. Fueron las manos y las vidas de miles de esclavos, indígenas y trabajadores pobres los que levantaron esta ciudad. Es el pueblo nuestro el que, con gran valor y patriotismo ha forjado a Puerto Rico, a contrapelo de los designios imperiales de Madrid y Washington.

Son ellos y ellas quienes merecen el homenaje, no el descendiente de una monarquía depredadora y mezquina.

Para colmo de la desvergüenza, señor Rey, usted anuncia la intención de premiar con sendas condecoraciones al gobernador colonial-anexionista Pedro Pierluisi y al alcalde colonial anexionista de San Juan. Ambos representan la  negación de Puerto Rico como nación caribeña y latinoamericana. Ambos aspiran a que Puerto Rico desaparezca como sociedad antillana y se convierta en un apéndice de Estados Unidos. A semejantes sujetos está  premiando usted, señor Rey, todo por haber servido de facilitadores en sus gestiones comerciales y financieras con Washington.

En otros circunstancias usted podría ser bienvenido en nuestra Patria. Pero llegar desde el anacronismo monárquico que usted representa, a esta tierra que más de medio milenio después todavía lucha por su derecho inalienable a la autodeterminación e independencia, a validar con su presencia y sus expresiones el anacronismo colonial, el anexionismo y a rendir pleitesías al gobierno de Estados Unidos, es definitivamente inadmisible.

Usted, señor Rey, no es bienvenido en Puerto Rico.

 

Comité Nacional

Movimiento Independentista

Nacional Hostosiano (MINH)

 

Ángel Rodríguez León

Julio A. Muriente Pérez

Copresidentes