Si lo que a continuación se expondrá sucede, Puerto Rico irá inevitablemente rumbo a desastre. La contienda electoral por el cargo a gobernador definitivamente sigue teniendo dos protagonistas, los tradicionales, los candidatos del PNP y del PPD, respectivamente. Luis Fortuño no debería tener oportunidad alguna para revalidar como gobernador de Puerto Rico luego de cuatro años de actuaciones erráticas. Sin embargo, creo que lo que mucha gente piensa es lo contrario. Alejandro García Padilla, hasta ahora, no se ha mostrado como un verdadero competidor, como un verdadero oponente. Sus apariciones políticas han sido del todo vacías y su personalidad no tiene la presencia mediática que otros de su partido han tenido en el pasado.
Tomando en cuenta lo anterior, el PNP, aunque posee un candidato fatídico, podría ganar la gobernación frente al PPD, de cuyo candidato mayormente se ha visto propaganda quejándose de las mentiras que sobre él recaen, pero no ha propuesto nada significativo, como era de esperarse. En fin, aparte del PIP, tanto el PPR como el PPT y el MUS, provocarán que los votos se desparramen (lo cual no debe tenerse como una desgracia) y ello producirá probablemente una derrota del PPD y la victoria de Luis Fortuño por antonomasia o como se diría coloquialmente: por default.
Lo anterior, si ocurre como tal, demostraría una vez más la falta de posibilidades políticas que en Puerto Rico ha sido característica. Demostrará la necesidad de un frente amplio que pueda representar las verdaderas fuerzas de cambios a favor de los menos favorecidos a nivel social general. Demostrará que hace falta que la política se siga pensando no como un ejercicio de los sectores ricos y poderosos sino como una gama diversa de acciones organizadas por parte de sectores populares, es decir, aquellos sobre los cuales se han ejercido poder a través de maquinarias totalitarias y aplastantes.
Nuevamente: quisiera que este análisis no concuerde con lo que sucederá. Ojalá que me equivoque. Pero, si no, entonces emergerá otra vez la vieja e insatisfecha necesidad. Seguirán haciendo falta movimientos que de maneras transversales orquesten propuestas y respuestas que desafíen los monopolios del poder por parte de la minoría de los sectores que en Puerto Rico han protagonizado la cuestión político-partidista.