El Hogar, Sitio Protegido

Economia Solidaria

A raíz de la crisis global del capital y las finanzas, los pequeños y medianos propietarios se vieron en la difícil situación de intentar superar la crisis solicitándole al estado ayuda. En este proceso mucha gente, muchas familias perdieron sus hogares. Esto ha sido el caso desde los EE.UU hasta Grecia. Lo curioso es que en el Caribe, en algunos lugares esto impactó de forma similar. En el caso de Puerto Rico, territorio dependiente de los EE.UU, la crisis económica tuvo iguales repercusiones, y a manera de ejemplo, el porciento de hogares incapaces de pagar su préstamo hipotecario, ascendió de forma extraordinaria.

Ante esta situación, en el caso de Puerto Rico, el capital cerró filas en aras de sus mejores intereses. Por varios años el nivel de ejecuciones de hipotecas subió de forma impresionante. No obstante, la banca comprendió algo fundamental: su rol no es embargar propiedades si no garantizar que los préstamos hipotecarios se paguen. Por lo tanto, los embargos fueron contraproducentes. A mayor inventario de propiedades en manos de los bancos, mayor la desvaloración de dichos bienes inmuebles.

Esta situación se ha descrito de forma poco optimista por varios economistas los cuales han explicado que en la economía puertorriqueña se perdieron sobre $30 mil millones de dólares de los hogares del país, los cuales desaparecieron en una combinación de factores. El efecto neto, poblaciones más empobrecidas y sin capacidad de proteger el único bien común de la familia: el hogar.

El gobierno de Puerto Rico ha intentado por varios medios de garantizar ayudas para que las familias en precario no sufran tanto en la presente coyuntura. Tal vez la más creativa es la última iniciativa diseñada: regalar 2 mil turnos, para que los agraciados si cumplen con ciertos requisitos, reciban un subsidio de parte del gobierno para poder cumplir con sus obligaciones hipotecarias. Se trata de un tipo de tómbola de bienestar social.

Sea lo que sea, la presente crisis que afectó a algunos países más que otros, debe ser resuelta de forma solidaria por una combinación de variables. El capital financiero debe ceder a su avaricia de conquistar al deudor/a moroso. Pero del igual forma el estado debe intervenir. La solución provista en el caso de Puerto Rico es un buen comienzo.