A Juan Vélez Court le diagnosticaron un desorden obsesivo-compulsivo a los nueve años. Pero no obstante la tensión que le produjo la condición y que le impidió por un tiempo vivir una vida como los demás niños, Vélez Court pudo salir de su angustia, y ya en su adolescencia comenzar a ayudar a otros que padecen ese desorden y a sus padres, así como educar al público en general.
Vélez Court tiene 23 años y está a punto de terminar sus estudios universitarios en un área especializada de las comunicaciones. Ya el puertorriqueño cuenta con un cortometraje sobre el tema, para el cual escribió un libreto, que ilustra los rasgos de la condición en los jóvenes “para que la gente sepa lo que es vivir la experiencia”. Este filme se usa para educar a la comunidad hispana a través de los Estados Unidos. A nombre de la Fundación Nuestramente, ente que él mismo dirige, da charlas desde Puerto Rico hasta California sobre el tema. Vélez Court ilustra que el manejo de la condición (que como todas las enfermedades mentales carece de cura) está en mantener el impulso obsesivo arrestado en la mente sin que se torne en una serie de acciones repetitivas que acaparen el día del afectado. Tal sería el caso, explica, con la persona que tiene una obsesión con no ser contaminado por microbios cuando está en contacto con otra gente. Si la persona puede arrestar la obsesión en su mente en vez de taparse la boca, brincar hacia atrás o limpiar sus alrededores o su persona compulsivamente, tiene éxito en vivir una vida normal
El mantenerse funcional conlleva terapia tanto organizada como personal. Vélez Court hace ejercicios y practica yoga ya que la tensión de su enfermedad puede llevarlo a comer y engordar desmedidamente. Una vez, el hombre de cinco pies siete pulgadas llegó a pesar 275 libras, mientras ahora no llega a 160. En su futuro inmediato se encuentra la producción de un documental sobre la condición.
Vélez Court estuvo disponible en la mesa designada para la condición obsesivo- compulsiva en Sonríe Puerto Rico, una actividad coordinada por el Grupo Psiquiatras por Puerto Rico, que recoge a los grupos de asociaciones de psiquiatras de la Isla y cuyo propósito es crear conciencia sobre las condiciones de salud mental. En esta isla caribeña se ha dicho que un 50 por ciento de la población sufre de algún tipo de condición psiquiátrica. El evento se celebró en una de las facilidades deportivas más grandes de San Juan, y contó con la presencia de varias mesas designadas para particulares aflicciones y programas que ayudan a las personas con algún tipo de condición, sea física o mental. También había mesas para orientación sobre servicios para los envejecientes.
En la mesa particular para condiciones de depresión y bipolarismo estaba una mujer de veintitantos años, que llamaremos Sandra, orientando al público sobre un programa de apoyo que promueve Alianza de Apoyo para la Depresión y el Trastorno Bipolar. El programa consiste de celebrar reuniones tipo terapia grupal en los que los participantes comparten sus experiencias y su proceso de vida. “Yo llevó casi un año, y me ha ido de lo más bien”’, dijo la mujer con una amplia sonrisa.
Mientras tanto, el Dr. Juan Fumero, líder de Psiquiatras por Puerto Rico, dijo que era importante proveer una orientación educativa para que se entendiese mejor la problemática y la naturaleza de las condiciones mentales. Añadió que el estrés de la vida actual en Puerto Rico podría detonar estas condiciones.