Sigo con este tema, pues me alborota. Pero desde la lógica de la última criminología me siento que la prensa ha entrado sobre todo en ciertas regiones del Caribe, a plantear consideraciones éticas y morales que no le competen a esta, y si le competen al Sistema de Justicia Criminal que enjuicia a las personas. En esta medida, pienso que muchos acusados están siendo juzgados innecesariamente desde la óptica de la prensa sin haber ido un solo día al tribunal. Este proceso no es justo, por decir lo mínimo. Es un proceso arbitrario, por el cual la prensa ha creado un pánico moral, el cual no es correcto a la luz de las estadísticas existentes, y pone en riesgo la salud de todas las personas concernidas que están siendo procesadas por el estado.
El criminólogo Gay Gutiérrez nos comenta en un artículo recientemente publicado en el semanario Claridad, que atravesamos por un pánico moral que nos deja a todos y todas como sospechosos de nuestro destino. Es interesante, pues las estadísticas del crimen, en particular aquellas que hacen referencia a los asesinatos, reflejan un descenso de más de un 10% en la actualidad en comparación con la misma categoría para el 2011. En este sentido, algunos indicadores reflejan mejoría. Pero realmente hablando no es posible, hacer alusión a esto. Hay que pensar que la situación está fuera de control.
La única razón que veo para justificar esta situación es que para la prensa, vender ejemplares o tener hits en sus páginas digitales es más importante que reflejar una mejoría en la situación general del crimen. En otras palabras, si indicamos que ha bajado la tasa de asesinatos, y de igual manera, que los asesinatos investigados se están resolviendo en un porciento mayor, deberíamos pensar que la situación está mejorando. Todo indica, que no podemos pensarlos así.
Creo que el rol de la prensa es informar, no incitar a la histeria. Repensemos la situación y bajemos los tonos por los cuales se informan las noticias.