(San Juan, 1:00 p.m.) Si algo le ha quedado al proyecto-estadidad del Partido Nuevo Progresista (PNP) es hipotecarnos como país, vinculando esto a la total anexión de la isla la federación de los EE.UU. Es decir, mientras más fondos federales se conviertan en la forma de convivencia diaria de todas y todos nosotros, entonces más se imposibilita la independencia. Ante esto, la respuesta no puede ser, administrar mejor dichos fondos, sino romper con la relación colonial. Esto solo se logra con la independencia plena de Puerto Rico.
En este sentido, comenzando a moverse todas las fuerzas sociales para el próximo evento electoral en el 2024, la derrota del PNP no puede estar ligada a que ellos son unos malos administradores y nosotros somos mejores. Esta no puede ser la consigna. La consigna debe estar vinculada a la independencia, llegar al poder político de la isla, para presentar un modelo de administración que nos conduzca a la independencia, no a la perfección de la colonia.
Ante esto, son los propios PNP los que tienen claro lo que es la política: por un lado administran bien o mal la colonia con altos niveles de corrupción, pero no dejan de enfocarse en la estadidad. Entonces, uno se cuestiona porque los independentistas se diluyen en proyectos políticos de invisibilidad, de hablar de la soberanía, que también existe en la estadidad, y por otro lado evitan hablar de la independencia. No, en este nuevo ciclo electoral, hablemos de la independencia, única y exclusivamente.
Finalmente, si los independentistas no hablan de la independencia, nadie lo va a hacer por ellos. Si los independentistas quieren ser buenos administradores, pueden organizar fundaciones sin fines de lucro y administrarlos. Pero la política es para tomar el poder por la vía electoral, y proclamar la resolución final de este país por la vía de la libertad. Pensemos en la independencia. Pensemos.