En varias partes del Caribe, el isleño como en la cuenca, se desarrollan conflictos sociales los cuales causan cierta preocupación. En particular hablamos de la situación social y económica que atraviesa la República Dominicana, por la cual ciertos de sectores de la población han sido abatidos por parte de las fuerzas de seguridad.
Todo, porque el pueblo se opone a un nuevo presupuesto y a una nueva propuesta de tributos que el estado desea imponer. De igual forma, en Colón, Panamá, donde la población se opuso a ciertas medidas desarrolladas por el gobierno las cuales intentaban disponer de ciertos bienes de naturaleza pública, oponiéndose las personas. Esto término como el rosario de la aurora, toda vez que las fuerzas de seguridad del estado intervinieron y hubo varios muertos.
¿Qué nos dicen estos dos casos? Nos parece que se trata de circunstancias altamente penosas en las cuales la población se tira a la calle para exigir del gobierno un cambio de dirección. Sobre todo que se trata de los sectores más vulnerables de la sociedad que resisten los embates de políticas neo-liberales que afectan su calidad de vida y que les exigen, como en el caso de la República Dominicana, mayores sacrificios. En esta medida, tanto el pueblo dominicano como el pueblo panameño no titubearon en exigir ciertos reclamos, y en ambos casos la violencia fue un mecanismo conductor de los agravios y las quejas. No obstante, en ambos casos, el uso desmesura de la fuerza del estado para controlar la situación no se hizo esperar.
Es curioso, pero en la llamada primavera Arabe, las respuestas sociales de la población fueron vistas por occidente como parte de los procesos naturales de reclamo a sus gobierno contra medidas injustas. Todas estas revueltas, desde Libia hasta Siria, han sido justificadas. No obstante, en reclamos similares en el Caribe, nadie se atreve a decirles a los pueblos que deben continuar hasta que consigan los reclamos que están exigiéndole al estado. Se trata de una doble moral.
Lo cierto es que los reclamos hoy en el Caribe, son de vida democrática y sobre todo de beneficios sociales. La gente, de igual forma que en el mediano oriente, están luchando por una mejor calidad de vida. Cuando el derecho y la ley, no respaldan a los pueblos, pues hay que inventarse otros medios de llevar a cargo la protesta. Tirarse a la calle es un método disponible.