Las alianzas compradas en Puerto Rico

Política

Es curioso, pero terminadas las elecciones estamos viviendo un periodo interesante en el quehacer político de Puerto Rico. En el mismo, los partidos que ganaron, sobre todo el que se impuso, el Partido Popular Democrático, lo hicieron de forma alegada, en consorcio o alianzas con los llamados partidos emergentes o con los votantes indecisos. De ahí que se ha planteado que este partido, en gratitud a los que le apoyaron, ahora debe ofrecerles a estos, por lo pronto alguna posición digna en la gestión de gobierno. Esto suena interesante, pero no sabemos si es lo correcto.

Nos parece, sobre todo a los que llevamos más de un año planteando la posibilidad de alianzas, que las mismas se deben dar desde lógicas simétricas o política de lo común. En esta medida, el trabajo político que se diseñó e implementó desde el llamado Frente Amplio/Mesa Amplia de Diálogo, posibilitó por lo pronto durante el referéndum del pasado 19 de agosto de 2012, que se dieran alianzas desde la misma política de los partidos emergentes. Este no fue el caso, por lo pronto, de las elecciones del pasado 6 de noviembre de 2012, en las cuales no fue posible que se realizaran alianzas desde los partidos políticos emergentes, y desde lo que en apariencia parecía ser políticas afines o desde miradas de lo común. Es decir, se pensó esto desde una mirada de políticas de izquierdas.

Ahora bien, pasadas las elecciones, y traído por los pelos por uno de los principales periódicos nacionales de Puerto Rico, se parte de la premisa que ahora tienen que darse alianzas entre el Partido Popular Democrático y los partidos emergentes y sectores independentistas no afiliados. Esto es curioso, pues no se trata de alianzas muy bien pensadas ni negociadas; por el contrario se trata de procesos mediáticamente construidos y traídos por un sector particular de la prensa – tal si sugiriera que estas son las alianzas que le convienen a dicho sector de la prensa, independientemente si le convienen al pueblo.

Las elecciones pasaron ya, y hubo una expresión de pueblo. A favor o en contra de los intereses y necesidades de un partido que se impuso como el vencedor. Las fuerzas sociales, esos que votaron a favor o en contra, lo que podríamos llamar como el pueblo soberano, no se han expresado en torno a las alianzas. Los únicos que lo han hecho, son los sectores poderosos, o políticos perdidosos, quienes vestidos de gabán y corbata pretenden ahora hacer alianzas compradas o comprables.

Apoyar estas alianzas es negar lo político y social, como una forma tangible y meticulosa de entrecruzamiento de micro-relaciones sociales. Ya veremos que nos cuenta este cuatrienio.