Corillo

Cartas de un(a) Antillano(a)
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En una noche común y corriente de noviembre, me encontraba prestándole atención a la canción de un cantautor puertorriqueño conocido como Tommy Torres. Casualmente me enfaticé en una de sus líneas, cito “mientras tanto escribamos las historias que nos contaban los abuelos”. Sinceramente esta me ha marcado desde que me percate de la misma.

¿Por qué esta canción específicamente?, pues simple y sencillamente creo que serán pocos los de esta generación que le contarán buenas experiencias a sus nietos o podrán vivir para contarlo. En increíble como nosotros mismos hemos acabado con nuestra sociedad. Lo que vivimos es frustrante, este no es el Puerto Rico que nos contaban los abuelos, este Puerto Rico esta perdiéndose. No hay los mismos valores y en las noches nos encontramos en una casa que los inquilinos no se ven aún viviendo bajo el mismo techo por el simple hecho de que cada uno tiene un trabajo complicado, su televisor propio, su computadora, su portador de música, entre otras cosas que hacen que la comunicación familiar se pierda.

“Corillo” esto va de mal en peor y por desgracia seremos nosotros los jóvenes de los noventa quienes nos veremos afectados porque no se podrá comparar nuestra vida con la de nuestros padres o abuelos.

Dime tú joven que lee estas letras, ¿acaso le contarás a tu hijo o hija que te encantaba estar a la moda, eras victima de “bullying” en la escuela o que tenías la mejor computadora?, la más cara esa que hacía lo mismo que cualquier otra y lo peor es que tus padres podían recompensar el tiempo perdido con objetos materiales.

Sinceramente al escribir este documento, carta o como lo quieras ver me doy cuenta de que por lo menos mis nietos escucharán las pocas historias que me han pasado a mi corta edad. Son 20 años y un niño de 15 puede contar más locuras que yo o simplemente repetir una y otra vez lo bueno que era el tener el último celular, el moderno, el caro, el que tan solo con caerse en la cama podría romperse la pantalla.

Es triste saber esto, pero por desgracia es lo que estamos viviendo. Espero que esto cambie no quiero que mis hijos vivan en una sociedad materialista y poco sentimental, donde por un mensaje de texto expresabas tu odio o amor a una persona en lugar de poder ver sus reacciones y percibir sus verdaderos pensamientos al respecto.