Serie Especial: OSFL. Beta Local

Justicia Social

En esta Serie Especial queremos resaltar aquellas organizaciones sin fines de lucro que día a día ofrecen servicios a la comunidad. Apoyemos este tercer sector que con su gran labor fomentan una mejor sociedad y un Caribe más sólido.

EPA

El Beta Local: un espacio para el conocimiento

Entre la calle Luna y la calle San Justo, en el viejo San Juan, se encuentra el Beta Local una organización sin fines de lucro que busca apoyar y promover la práctica y el pensamiento estético a través de varios programas desarrollados por sus fundadores, el apoyo de la comunidad, y un grupo de becados, que trabajan en diferentes proyectos dentro la organización.

El local cuenta con varios salones, donde se puede ver diferentes espacios diseñados con gran gusto estético, un aire de organización, arquitectura, conocimiento, gran cantidad de libros de diferentes temas de filosofía, urbanísimo –mencionando algunos temas-, lámparas colgantes, que hacen sincronía con el concepto del proyecto.

El Beta-Local es un programa de estudio y producción, un proyecto pedagógico experimental y una plataforma de discusión crítica inmersa en la realidad local (San Juan, Puerto Rico, el trópico, el Caribe, la ciudad no planificada) y el tiempo presente (la crisis económica, el potencial infinito, las destrezas e ideas de los que viven aquí, ahora). (Beta-Local)

Una de sus fundadoras Michelle Marxuach y directora de Beta-Local, nos contó, en una entrevista que concedió a El Post Antillano sobre el trasfondo del proyecto: “La idea del local vino de hace tres años. Tres personas fundaron, lo que pensamos lo que podía ser una posibilidad interesante en el contexto local que existirá un grupo que apoyara y que usara el pensamiento crítico y estético como parte de su forma de ser y existir de una manera continua”. También añadió: “que la idea de desarrollar un proyecto o desarrollar una situación y no esperar a que esta ocurra, sino convertirla en un la posibilidad, en un lenguaje constante y continuo. Ir inscribiendo dentro e ir creando cada vez más un grupo de pares que pudiesen estar en un lugar que facilite la inspiración.”

Inicialmente se pensaba que se podía lograr con un solo programa en especifico, pequeño y concentrado casi a nivel de postgrado, “en donde no existiera una jerarquía académica del que enseña y el que participa, sino un espacio en donde horizontalmente un grupo de personas que tenían unos intereses sobre pensar y desarrollar su práctica”. Pero luego por la complejidad desarrollaron otros programas.

El proyecto está dividido en tres plataformas o programas: La Práctica, The Harbor y La Ivan Illich.

La Práctica, fue el primer programa desarrollado. Es un programa post-académico centrado en el pensamiento estético y la producción artística -arte, arquitectura, diseño- mediante el cual becarios de diversas disciplinas llevan un proyecto desde conceptualización hasta presentación mediante procesos abiertos y frecuentemente colaborativos.

Como lo describe Marxuach “es una convocatoria abierta en donde se hace una selección de un máximo de diez participantes” (este grupo de personas son becados) “de los cuales se invitan a trabajar en un año de una manera gratuita. Este grupo que son los “fellow” trabajan durante un año en proyectos diferentes y complejos”. A través del desarrollo de esos proyectos se va realizando la programación de Beta Local, los proyectos desarrollados por los becados, -que luego comparten mediante talleres-,  junto con los intereses propuestos por la comunidad. Esto crea una posibilidad de encuentro entre el público y los becados.

La otra plataforma, The Harbor, es un programa de residencias artísticas, a través del cual artistas, arquitectos, pensadores y otros hacedores residen en Beta Local y desarrollan proyectos o talleres donde comparten sus conocimientos.

La tercera plataforma es La Ivan Illich, una plataforma mediante la cual, cualquier persona puede proponer una clase, un espacio y estructura a través del cual se puede interactuar, compartir destrezas e información, públicos, disciplinas, subculturas y reunir a clases sociales que pocas veces se encuentran en un mismo punto.

Como describe Marxuach “es una plataforma abierta en donde cualquier persona puede proponer una clase, un curso, un taller, un conocimiento que quiera que se discuta o que quiere dar”. A través de estos tres programas entonces se va programando Beta Local.

“Todos ellos de una manera u otra están “overlapping” y se desbordan unos a los otros en algunos momentos mas para un lado mas hacia al otro” añadió Marxuach.

Además de estos significativos cursos, el Beta Local cuenta con una biblioteca donde la comunidad puede hacer uso de la misma de manera gratuita, mediante cita.

Iniciativas como esta son muy importantes, puesto, que la comunidad puede encontrar en ella un espacio alterno a la universidad y puede ampliar sus conocimientos, para construir una mejor sociedad y un mejor Caribe. Pues, en espacios como este se ayuda a crear y rescatar un conocimiento flotante que en ocasiones está desorganizado y en el Beta Local encuentra un lugar donde compartirlo.