En el día de hoy, el representante permanente alterno del gobierno cubano ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, Oscar León González, objetó la forma en que aún en el Siglo 21, continua organizado dicho cuerpo. En particular objetó que el mismo sea administrado y controlado por los viejos poderes imperiales, victoriosos en la Segunda Guerra Mundial, y más que nada que las prácticas que estos ejercitan sean hoy contrarias a las normas básicas de democracia y vida transparente.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es el cuerpo rector más importante del planeta. Aunque adscrito a la ONU dicho cuerpo goza de una autonomía particular, y entre otras justificaciones para su razón de ser, puede declarar la guerra, o mejor dicho, autorizarla. A su vez puede admitir un nuevo estado a ser parte de la ONU, como a su vez también lo puede expulsar. En esta medida, se trata de un cuerpo con mucha fuerza y poder.
Ahora bien, la composición de dicho cuerpo está basado en el viejo arreglo de la Segunda Guerra Mundial, el cual dispuso que los estados prevalecientes en la mencionada guerra, habrían de ocupar lo que se denomina como estatus de miembro permanente. Son cinco: Gran Bretaña, Francia, EE.UU, China y Rusia. Si usted no fue estado vencedor pues no tiene un asiento permanente. Luego están los otros 10 miembros, que no son permanentes, y reflejan las distintas regiones del planeta, donde por región se dan dos estados delegados para un mandato de dos años.
Ese formato de miembros permanentes y no permanentes, ya hoy no le hace sentido a mucha gente en el planeta tierra. En particular a países como Cuba y Brasil, no les parece que estos puestos sean los correctos. Ambos países en tiempos recientes han objetado la estructura y composición actual de dicho cuerpo. Vendrán otros tiempos de democracia para este cuerpo, lo cual esperamos sean pronto.