Debemos pensar en una nueva gobernanza

Política

Hay un debate circulando por varios países de América Latina y el Caribe en torno a las formas de gobernanza que debemos utilizar en la relación gobierno-ciudadanos. En esta medida, hasta en el proceso de paz entre la guerrilla Colombia (las FARC) y el gobierno de dicho país, se está planteando la posibilidad de incluir al pueblo en el proceso de contribuir con sugerencias para participar de la paz.

Entonces, ¿qué nos dice esto? La respuesta básica es que las formas y maneras del siglo 19 y 20 de la democracia delegada han sido transformadas en una que creen en la democracia representativa y participativa. En esta medida, hay que crear espacios para que la gente pueda integrarse a su gobierno.

Hace unos días le planteábamos al nuevo gobernador electo de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, que permitiera mayor participación popular en la toma de decisiones y selección de los candidatos a trabajar con el gobierno en el nuevo gabinete constitucional. Este pedido no llegó muy lejos, pero también vemos que existe una pobre cultura que cree en la inclusión del pueblo una vez pasada las elecciones en los procesos de la gobernanza. Cambiar la cultura es posiblemente uno de nuestros grandes retos.

En el caso de la ciudad capital de Puerto Rico, la ciudad de San Juan, la nueva alcaldesa electa, Carmen Yulín Cruz, ha hablado de crear nuevas formas de gobernanza que incluyan un fuerte componente popular. Ante una alcaldía que deja el alcalde saliente, Jorge Santini, en una difícil situación económica, nos parece que lo menos que podría hacer la nueva alcaldesa es promover mecanismos que se han desarrollado en otros países de América Latina, como Bolivia y Brasil, en los cuales se promuevan presupuestos participativos y democráticos, participación popular en la selección de los funcionarios públicos no electos, y sobre todo el manejo de asambleas populares con una gran capacidad incidir en la forma de administrar la ciudad.

Nos parece que lo que hay que hacer ahora, por lo pronto en el caso de Puerto Rico, es profundizar en nuestra noción de como se gobierna, y en particular cual es la naturaleza democrática de la forma de gobierno. Es decir, apostemos a una nueva gobernanza.