Muchas veces entramos en reflexión y damos profundidad a todo lo que ocurra a partir del planteamiento de alguna premisa que hallamos escuchado o simplemente que halla llegado a nuestra mente mediante la formación de ideas simples que se han tomado la tarea de enlazarse unas con otras para formar una idea compleja. Mas o menos así paso mi día, en la disputa de una premisa que se ha tomado autonomía propia para ocupar mi mente y hacer que entre en conflicto conmigo mismo. Una premisa muy reciente, invadió mi mente cuestionando el porque se lleva al punto de la sobrevaloraron algo que debe ser visto desde un punto de vista inverso. Una situación que quizá explique mi relativo argumento sea el punto de vista, quizá pesimista, que le doy a mi carrera universitaria.
Durante mi corta carrera universitaria, en un principio, me emocionaba la idea de estudiar para cumplir con el cliché enseñado desde pequeño "Estudiar para ser alguien en el futuro". Tardé poco en descubrir que esa frase tan mencionada en mí periodo de vida era solo otra ilusión positivista que inunda la visión general para brindar auto-motivación. Luego de rebuscar en los rincones de esa frase como en todo contrato o simplemente todo en la vida chóco con mi realidad una vez más, la realidad no era estudiar "para ser alguien en el futuro", la realidad la contenían las letras ocultas bajo la matemática discreta de aquella premisa. Se estudia para escoger el sendero de la esclavitud social al cual se será sometido por un periodo mínimo de treinta años, que luego el diez porciento de cada quincena vivida durante esos treinta años se encargara de "pagarte".
Mucha gente al discutir este tema conmigo quedan anonadados sobre mi forma pesimista de ver algo tan glorificante como lo es una profesión. Entiendo que halla gente que le apasione lo que hace, que ame lo que hace y que le produzca una satisfacción enorme el ver el resultado de su arduo trabajo, pero aun así difiero de ese argumento cuando escucho la palabra plusvalía (valor del trabajo no remunerado). La plusvalía nos convierte en esclavos automáticos ya que como todo sistema capitalista se sale con la suya haciéndonos tomar de lo mas valioso, nuestro tiempo, para dedicárselo al "trabajo". Quizá pueda renunciar a mi idea cuando en vez de pagarnos con algo realmente sobrevalorado hasta el punto de idolatría como lo es el dinero, se nos pague con tiempo.
La realidad es que la sobre valoración ha llegado a acaparar TODO al punto de ver el trabajo como la oportunidad insoslayable que nos puede dar el patrono y que no la deberíamos desaprovechar, colaborando una vez mas con la visión esclavista del patrono de ver al trabajador como un simple ciervo. Aquí, es cuando mas difieren de mi idea y la defienden bajo la frase -"Ahhhh, pero hasta tu buscas trabajo". Cuando escucho esto prefiero dar vuelta atrás al tiempo previo a las elecciones y mejor escuchar el argumento de renunciar a la beca federal si soy tan independentista para seguir estudiando por parte de algún "pitiyanqui" reventado. Después se entra en la discordia del "¿Porque nos pisotean?" La respuesta es simple somos esclavos del sistema, sumisos, que sobrevaloramos con grímpolas el valor de las cosas y restamos valor a aquellos que lo que sobre valoramos nos exige que le restemos valor. Por la resta de valor se ha llevado al punto reduccionista al feminismo luchado por Juana Inés de La Cruz al punto de convertirlo en el feminismo "corta huevos" actual de poco sentido (antes de que caigan chinches, soy feminista). Por esta misma resta de valores no nos hemos dado nuestro lugar como entes productivos de la sociedad aceptando la sumisión ante el sistema sin entender que el gobierno nos sirve, no nosotros a ellos. La resta y la valoración excesiva materialista o ideológica seguirá si no llegamos al punto de la visión inversa, el cuestionamiento y el realismo.