Puerto Rico no es un event

Justicia Social

Al día de hoy, nadie se pregunta o comenta como se llama la joven que alegadamente orquestó el asesinato del publicista puertorriqueño José Enrique Gómez.  En realidad, a nadie le interesa.  Si no lo saben, se llama Lenisse Aponte Aponte, es hija de un pastor protestante llamado Héctor Aponte, y su apodo es muy significativo – la Prieta.  Pero realmente a nadie le interesa.

Más peso ha tenido pensar que las redes sociales han orquestado un movimiento internacional en pro de la calidad de vida en Puerto Rico, el cual no sólo tiene en jaque la continuación o no del principal programa de televisión en Puerto Rico y su diáspora, llamado Súper Xclusivo – La Comay; sino que también tienen a los boricuas de la isla y viviendo en el exterior, abrazándose por la paz.

Es curioso, pero nadie habla de la Prieta.  Pues yo si deseo hablar de ella.  Deseo pensar que es mujer, negra, y sobre todo pobre. Más aún, que lo único que tiene para lograr sustentarse es su cuerpo.  Y digo que cada cual sobrevive como puede, pero también escoge como puede las formas y maneras de hacerlo. Ni ético ni moral. La vida pura.  Ahora bien, vuelvo a preguntar, ¿Por qué no mencionan esos que hoy acaban con el programa de la Comay/Súper Xclusivo, y su productor/actor, Antulio ¨Kobo¨ Santarosa, a Lenisse Aponte Aponte?

Desde hace unos días reflexiono sobre este último asesinato y las reacciones.  Creo que la comunidad de clase media de boricuas viviendo en Nueva York, han orquestado un proyecto sin paralelo: convertirse en una sociedad civil en exilio que determina nuestras campañas, nuestras acciones, y sobre todo quien se queda y quien se va.  Es curioso, pues esta comunidad de boricuas en el exilio, tal parece que tiene muy poco que ver con la comunidad histórica de los que le bailaron y cantaron al fenecido Héctor el Macho Camacho, desde el Bronx y el Barrio.  Entonces, sin ánimo de defender a Kobo Santarosa, me parece importante destacar que el país, y desde sus pocas soberanías, se gobierna desde los que estamos aquí. Es decir, ser soberano es quedarse a vivir el país, lucharlo, amarlo, sufrirlo y bailarlo.  Ya lo dijo el Antillano mayor, Ramón Emeterio Betances, para ser soberano, hay que empezar a serlo.

Por eso es que me voy a dar a la cruzada de insistir que hablemos de quien es Lenisse Aponte Aponte; como a su vez los otros implicados que son Alejandra Berríos, Rubén Delgado y Edwin Torres. A lo mejor en ellos comprenderemos como le va al 46% del país que vive en la pobreza, que no se han ido, y que lo único que les dejamos fue la calle Padial en Caguas.

No convoquemos más al país imaginado de Mark Zucherberg y Facebook.  El país es el que vivimos todos los días aquí en Santurce, y no en la Lexington.