En Puerto Rico, ¿necesitamos un legislador ciudadano?

Política

El debate abre en la segunda semana del gobierno del recién juramentado gobernador de Puerto Rico con el cumplimiento de un proyecto de campaña de transformar la legislatura a una donde haya legisladores a tiempo parcial. Es decir, se trata del concepto de ¨legisladores ciudadanos¨. Este concepto no existe en Puerto Rico desde hace más de tres décadas, pero es una idea que se impuso en la campaña del 2012 por parte del Partido Popular Democrático, y ahora el gobernador Alejandro García Padilla, desea pasar factura e implementarlo.

 

Hay múltiples asuntos en controversia. Por un lado, se encuentra el programa de partido. Aunque es el ¨contrato¨ del nuevo gobierno, lo cierto es que los que hoy ocupan la legislatura, incluyendo los dos presidentes entrantes, Eduardo Bathia en el senado y Jaime Perello en la Cámara de Representantes, ninguno de los dos se había comprometido con dicho proyecto.

Por otro lado se encuentra la histórica división de poderes. El poder ejecutivo tiene hasta cierto punto injerencia para determinar como corre el poder legislativo. Pero ojo, que es hasta cierto punto. Como un acto interno, el poder legislativo determina su propia injerencia. O, ¿estamos preparados para el gobernador ciudadano? ¿Estamos preparados para los jueces y juezas a tiempo parciales?

Me parece que las conversaciones tienen mucha complejidad. Sobre todo, que reducir las funciones del gobierno, como de facto acaba de suceder en el último cuatrienio vivido en Puerto Rico, representó un atraso en el desarrollo del país. Es decir, el país, no progresó porque no había técnicos medios contratados para cumplir sus funciones; porque los presupuestos nunca dieron para que el estado, y en particular el poder ejecutivo, fiscalizaran de conformidad; en fin, un gobierno reducido sirve mejor a los intereses del capital y el mercado capitalista que opera entonces con menos regulación y supervisión.

En esta medida, creo que habrá que seguir conversando sobre el tema antes de decidir de forma tajante quien está a favor y quien está en contra. Es un país, y sobre todo una gobernanza, de forma compleja. Vivamos el debate y veamos a que conclusión llegamos.