Los juegos de azar y las apuestas en Puerto Rico

Economia Solidaria

En unos días el jugador puede ganar un dinero, pero en otro día puede perder mucho más. Esa es la única regla del juego, me dijo cuando era niño un “gánster” muy elegante, del cual prefiero no mencionar su nombre, que era el compañero sentimental de la madre de mi mejor amigo.

Este interesante hombre provenía de una de las familias más prestigiosas del sur de la Isla de Puerto Rico, pero era lo que llaman un “perla”; estuvo preso por asesinato y conoció a Jimmy Hoffa y a personas culpables del escándalo del caso Watergate. Sus emocionantes historias son temas de novelas amarillas. Nunca olvidaré que una vez en el Hipódromo el Comandante me presentó a un hombre y que luego me dijo que era Tomás Trampa. Así las cosas, aprendí de este jugador profesional que el juego representa una pérdida. Con el pasar del tiempo aprendí de otro jugador, este un aficionado, sobre “la gabela”, que es básicamente en el lenguaje de gallos perder a propósito para balancear las ganancias al final. En fin con el juego se gana o se pierde dinero y la emoción del juego del dinero es la motivación implícita en esta actividad.

Los idearios imaginarios del juego están en dos opuestos, y esta dicotomía en mi opinión está presente en la mente de los jugadores. Por un lado está la imagen del jugador sofisticado, elegante e inteligente que va los casinos a jugar o al hipódromo. Imagen que ha explotado Hollywood desde el Rat Pack de Sammy Davis Jr., Frank Sinatra y compañía, que actualmente es representado por Oceans Eleven y una generación de jugadores. Por otro lado, hay leyendas de personas que perdieron tierras y su hogar con el juego. Mi experiencia es que estos idearios han sido muy difundidos en el mundo.

Específicamente en Puerto Rico se juega mucho a los deportes. Las peleas de gallo y las carreras de caballos son número uno. La mayoría de las personas; galleros o hípicos como se le llama van a las agencias hípicas o a las galleras a jugar. Estos lugares son permitidos por la ley y además son los únicos donde se pueden llevar este tipo de juego y apuestas por dinero.

No obstante, existen bancas de apuestas de caballo clandestinas y galleras igualmente clandestinas. En estos lugares las ganancias pudieran ser mayores, pero el jugador se corre el riesgo de que no le paguen o que la policía lo arreste en una redada por estar cometiendo una actividad ilegal. Cabe mencionar que los puertorriqueños apuestan en los eventos deportivos como las peleas de boxeo y las series mundiales de béisbol, de baloncesto y de volibol. También están las apuestas privadas, que son muy frecuentes en partidos de golf o de tenis. Igualmente, los comicios electorales, llamada por muchos como el deporte nacional, también son motivo de apuestas entre particulares y bancas de apuestas clandestinas.

Los juegos de azar son varios en Puerto Rico, estos son la Lotería Tradicional, la Lotto, la Revancha, los múltiples “raspa raspa“y hasta el IVU Lotto. Estos son juegos legales, pero también existe juegos ilegales como el de la bolita, que se juega con los números de la lotería de Puerto Rico y hasta con la lotería de la República Dominicana y la famosa lotería primitiva de España. Es común que en los tribunales de la Isla haya personas acusadas de cometer delitos relacionados con la Ley de la Bolita.

El ideario real de juego en Puerto Rico es uno muy alejado de la que presenta Hollywood o del que las personas se pudieran imaginar en sus subconscientes. La mayoría de las personas que juegan no son adineradas, muchos son ancianos retirados y alcoholizados que se pasan los días enteros en las agencias hípicas jugando con los pocos dineros que tienen, esperando el premio mayor o el “poolpote” millonario que nunca viene a ese barrio. El juego es una actividad que nace del ocio, la falta de ánimo de los ciudadanos. Es triste ver filas de asalariados esperando para jugar la lotto, durante un día de premio gordo. Es como me dijo una colega hace años, la lotto es el impuesto de los pobres en Puerto Rico.

El gobierno de Puerto Rico debe tomar atención de los daños y peligros que representan el juego. Es sabio seguir el ejemplo del gobierno de Bahamas, que tan reciente como esta semana prohibió los juegos de azar mediante un referéndum a la población.