El embrollo de Captain Morgan y CARICOM

Economia Solidaria

En Puerto Rico hay dos destiladoras de ron, la Bacardí en Cataño y la Seralles en Ponce, estas producen toda la materia prima de la marca de denominación de origen Puerto Rican Rum. Una marca que se reconoce en los Estados Unidos, España y el Caribe como un ron de particular sabor y que muy codiciada por amantes de la bebida.

Los expertos básicamente han dicho reiteradamente que una característica del Puerto Rican Rum es que no tiene un sabor amargo luego de tragar, a diferencia de otros rones producidos en el Caribe. En la Isla hay producción de varios tipos de rones; el blanco, el oro, el añejo y el de especias. Igualmente hay varias marcas como: Ron Don Q, Ron Bacardí, Ron Palo Viejo, Ron Llave, Ron Barrilito, Ron Granado y Captain Morgan, entre otros.

Captain Morgan, ahora Captain Morgan Spiced Rum, era producido por la Destilería Seralles en Ponce para el conglomerado británico DIAGEO, el manufacturero más grande del mundo de licores con otras marcas como Smirnoff, Johnnie Walker, José Cuervo y otros. Para el año 2010 DIAGEO decidió retirar su contrato con Destilería Serralles y llevarse la producción de Captain Morgan a la isla de Santa Cruz.

El problema fue que mientras DIAEGO estaba en negociaciones con Destilleria Serralles para abandonar su contrato y llevarse la producción estaba simultáneamente llevando negociaciones con el gobernador de la Isla de Santa Cruz, un territorio de los Estados Unidos, para que en esa Isla se construyera una destilería que produjera exclusivamente el Captain Morgan, que era un Puerto Rican Rum.

El asunto se complica aún más porque el gobernador de Santa Cruz comenzó a cabildear en el Congreso de los Estados Unidos para conseguir los fondos necesarios para construir la destilería y la construyó a todo vapor. Para ello, Santa Cruz consiguió ayuda en forma de fondos federales, con la ayuda de congresistas de la talla de Charles Rangel. En el año 2011, el Captain Morgan se despidió de Puerto Rico y se trasladó la recién inaugurada destilería, hecha a su media con fondos del Gobierno Federal. La controversia llegó a la opinión pública, una vez Destilería Serrallés se enteró de las intenciones de mala fe por parte de DIAGEO y llevó un proceso en los tribunales.

Las alegaciones en contra de DIAGEO y el gobierno de Santa Cruz son serias. Se le imputan daños por violación de contrato, malas prácticas de comercio y violaciones a las cláusulas constitucionales de menoscabo a los contratos y la cláusula de comercio interestatal. Hay una controversia, aún por resolver, sobre si el Gobierno Federal puede intervenir en las obligaciones contractuales entre Serralles y DIAEGO mediante la financiación de una destilería, que tiene como propósito llevarse a Captain Morgan, Puerto Rican Rum a la Isla de Santa Cruz.

Por un lado el gobernador de Santa Cruz ha establecido que el Congreso de los Estados Unidos ayudó a la Isla con el fin de crear empleos y ayudar a la economía devastada en los últimos años. Del otro lado, Serallés.

La realidad es que el gobierno del Partido Nuevo Progresista en Puerto Rico de Luis Fortuño y el congresista (Comisioner Resident) sin voto, Pedro Pierluisi no defendieron los intereses de Serallés ni de los empleados puertorriqueños afectados. Además, cabe mencionar que economistas han atribuido la fuga de Captain Morgan con la aprobación de la Ley 178 de 2010 en la que el gobierno le impuso contribuciones a las industrias en la Isla.

Actualmente este complejo asunto legal se ha complicado aún más con la intervención de la Comunidad del Caribe, CARICOM, de la cual Estados Unidos, Puerto Rico, ni Santa Cruz son miembros, Puerto Rico es país observador. Aunque oficialmente no ha habido denuncia o pleito instado. El CARICOM se ha expresado en la prensa de que la intervención de los Estados Unidos, al otorgar fondos para la construcción de la destilería de Santa Cruz tiene un efecto perjudicial en la estabilidad económica del ron producido por otras Isla de países y su exportación.

CARICOM ha llegado al extremo de amenazar a los Estados Unidos con llevar el asunto a la Organización Mundial de Comercio. El asunto es de seriedad para la economía del Caribe, estamos a la expectativa sobre como concluirá. Por el momento, hay más trabajo en Santa Cruz con su destilería nueva; el gobierno federal invierte en unidades industriales en el Caribe, en plena globalización económica; y CARICOM se opone tenazmente a la intervención estadounidense en el comercio de manufactura del Caribe. El futuro es incierto, pero vemos nuevas tendencias de hegemonía estadounidense en el Caribe con sus territorios.