De la Geomancia y las cosas del destino

Espiritualidades
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Dentro del cuerpo de literatura de IFA se relatan las múltiples instancias en que Orunmila recorrió el mundo para compartir sus enseñanzas. Existen nutridas historias que atestan cuando Orunmila compartió en Abisinia, Egipto, las tierras Filani (China), la Mecca y Medina, el norte de europa entre otras. Sus enseñanzas se ven reflejadas en varios sistemas de adivinación donde se encuentra el principio de polaridad. Por ejemplo IFA parte de unas representaciones de lógica binaria que documenta la presencia de luz o ausencia de luz mediante 1 y 0. Dicho sistema de polaridad binaria también está presente en el I-Ching, Las Tabletas del Destino de la civilización Acado-Sumeria, Ilm Raml de los pobladores de la región Sahariana, Afa de los Dogón, el Urim and Thummim de los Hebreos y la Geomancia (presente en África, Asia y Europa).

Mucho ha sido la especulación de la geomancia, pero la misma cobró gran popularidad en la Edad Media y revivió de manera considerable en el Renacimiento en Europa y áreas adyacentes. Su introducción de debió a la influencia Árabe mediante sus políticas de dominio territorial, intercambio de conocimiento y cultura de las famosas rutas comerciales y las cruzadas. Aunque la Geomancia es más antigua, su historia como tal no es el propósito de este escrito, sino mas bien, compartir como dicha práctica logró ser utilizada por varias figura de la nobleza y altos funcionarios del clero. Uno de los pioneros en diseminar este conocimiento fueron los trabajos del santo católico Alberto Magnus. Mentor de Santo Tomás de Aquino, Alberto Magnus publicó una antología de tratados enciclopédicos sobre química, botánica, minerales, filosofía, lógica, astrología entre otros en el S.11. Alberto Magnus se refería a la Geomancia como Punctis Terrae. También abonaron otras publicaciones como Travels of Sir John Mandeville (1400), Geomantie that supertitious arte (1477) y la más famosa de todas De occulta philosophia libri tres (1531) de Heinrich Cornelius Agrippa.

Tanto el trabajo de Alberto Magnus combinado con el de Cornelius Agrippa tuvieron un gran impacto en el contexto de la Edad Media y el Renacimiento respectivamente. Sus trabajos abrieron el conocimiento de otras filosofías pasadas en el olvido como los tratados de Aristóteles, conocimiento de los misterios de la civilización del Valle del Nilo, los parches de Salomón y otras áreas asociadas con “lo oculto”. A pesar de las tensiones asociadas con estos trabajos ambos fueron protegidos por la nobleza y altos funcionarios del clero. En su libro Terrestrial Astrology: Divination by Geomancy Stephen Skinner documenta como figuras de como santos religiosos, miembros del clero y alta nobleza mostraban interés por la Geomancia. Entre ellos se encuentran: Ramón Lull, William Moerbeke, Baltolomeo de Parma, John de Morys, Nicolás Oresme, Carlos IV de Bohemia, Wenceslaus IV, John Crophill, Bartolomeo de la Rocca, Campanella entre otros.

La gran ironía de todo es que aún siendo oficialmente condenada por la iglesia, el papa Urban VIII solicitó los servicios del letrado Campanella para emplear sus conocimientos de Geomancia y Astrología, tanto para él como todos los Cardinales que lo acompañaban y aconsejaban. Dicho conocimiento fue publicado por Campanella, cosa que le costó la cárcel pero con el tiempo fue perdonado por Urban VIII. A pesar de los múltiples intentos de erradicar la geomancia la misma fue preservada a raíz de su arraigo popular. Posteriormente, con la Ilustración, la Geomancia revive a tal nivel que en sus incursiones en Egipto el mismo Napoleón Bonaparte buscó textos, libros y entrenamiento sobre este famoso arte de adivinación. Como resultado Napoleón ostentaba el famoso Libro del Destino, que resume una metodología práctica de cómo consultar el destino de una persona mediante la Geomancia. Con el tiempo la Geomancia fue perdiendo popularidad y no se comenta tanto en estos días como por ejemplo la astrología. No obstante, su historia no deja de ser fascinante.