Es justo que el Festival Casals sea del pueblo y para el pueblo y no para los ricos

Economia Solidaria

El Festival Casals, celebrado anualmente en Puerto Rico, desde el 1954 acoge a importantes músicos de todo el mundo. Ha tenido una gran importancia en el desarrollo de la música en la Isla, ya que los músicos locales han podido compartir tarima con los mejores y más distinguidos exponentes de música clásica.

Además, le ha dado un prestigio a Puerto Rico, siendo en la zona del Caribe actualmente el lugar más importante para la música clásica. Aunque es una actividad que tiene auspiciadores privados, su mayor mecenas es el gobierno de la Isla y sus fondos públicos, lamentablemente se ha convertido en una actividad que conglomera a las clases sociales altas y no hay participación del pueblo.

Cabe mencionar que en el ámbito del Caribe, en Cuba hubo un gran desarrollo de música clásica, junto con una rica historia de grandes compositores. No obstante, luego de la Revolución Cubana, el gobierno de Cuba no fomentó apasionadamente la música clásica. Más bien se dedicó al ballet y a otros géneros populares, dejando la música clásica un tal abandonada. Para bien o para mal, fue Puerto Rico en el Caribe el país que tomó la vanguardia en la música clásica, siendo el Festival Casals el evento más importante.

Hay una errónea percepción en Puerto Rico de que el Festival Casals lo tenemos gracias a sus auspiciadores, en su mayoría bancos y otros capitalistas en la Isla. La realidad es que el mayor auspiciador de la música clásica en Puerto Rico es y ha sido constantemente el gobierno. Ante la duda, la pregunta básica es: ¿Cuántas salas de concierto han construido los ricos en Puerto Rico?; o ¿Cuántos conservatorios privados hay? Me excuso por la pregunta retórica, pero la contestación es ninguna. Inclusive, aunque es cierto que hay auspiciadores privados en el Festival Casals, igualmente hay auspiciadores de corporaciones públicas del gobierno.

Además, se debe decir que la forma en que operan los auspicios es en intercambio de butacas para los eventos, para que el auspiciador principal, UBS en estos últimos años, les den a sus clientes afluentes y a sus amiguitos entradas gratis para los conciertos. El efecto es que esos eventos se convierten en vulgares reuniones de ricos isleños, que no pagan por sus boletos y donde dan una falsa imagen de que la música clásica es el patrimonio de las clases altas y de las elites.

Igualmente, hay que tener un balance en esta conversación y decir que la empresa privada contribuye positivamente con los auspicios de los eventos de música clásica, la realidad es que sin ayuda no se pudiera crear este tipo de conciertos, incluyendo el Festival Casals. Pero tampoco debemos perder de perspectiva que es el gobierno el que más ha aportado a la música clásica y que en los eventos no hay una representación del pueblo, más allá de las transmisiones televisivas y/o radiales en directo.

En ese sentido, el Festival Casals no debe ser un evento para las elites, no es un club privado tipo Caparra Country Club; porque es una actividad celebrada en el Centro de Bellas Artes, que es del pueblo; también porque en muchos eventos está la participación de la Orquesta Sinfónica del Puerto Rico, igualmente del pueblo; y todo es pagado con fondos públicos.

En mi opinión, para mejorar la situación es necesario democratizar la boletería, y que esta incluya la mayoría de los boletos a precios populares, también taquillas gratis para los estudiantes, y no exclusivamente para la población de viejos abonados como ha ocurrido por años. Esto permitiría que la Sinfónica pueda enamorar a la población más joven y/o aquellos que no tienen la capacidad de pagar la cantidad solicitada por los boletos. Además, hay la necesidad de tener una pantalla gigante, en las mediaciones del Centro, para que gratuitamente el público pueda desde afuera ver y disfrutar de algunos eventos, y no como tienen ahora una horrible pantalla de billboard con anuncios estúpidos. Si el pueblo no reclama participación en su Festival Casals, los ricos lo van a continuar usurpando.

Estas ideas no son alocadas, por el contrario es lo que yo he visto personalmente en países como Alemania, Austria e Italia, entre otros. Abogo por que el Festival Casals sea una fiesta de pueblo, de juventud del Caribe, de Santurce y no para hacer negocios capitalistas.