El independentismo racista en Puerto Rico

Economia Solidaria

Hay una distinción muy profunda entre el independentismo en Puerto Rico (ese que promueve la soberanía e independencia de Puerto Rico) y el nacionalismo (el cual es fundamentalmente independentista, aunque no exclusivo, que promueve la identidad nacional, a veces de forma soberana). Lo cierto es que ambos movimientos han luchado desde la década de los años 1930, por definir lo que es ser puertorriqueño, la patria y la nación.alt

Al mirarlos a ambos, desde la distancia, los vemos de forma igual, pero no lo son. El nacionalismo tiene una fuerte acreencia espiritual, ha sido históricamente muy popular, y sobre todo ha sido muy consistente. Es un movimiento que surge como expresión política en la década de 1930. El independentismo ha sido menos espiritual, es mucho más moderno que el nacionalismo, y sobre todo ha dirigido al país a partir de fines de la década de 1950.

Ahora bien, la diferencia esencial entre ambos es su tratamiento racial del puertorriqueño y puertorriqueña. El nacionalismo miró las relaciones raciales de otra forma. Su principal líder del Siglo 20, lo fue Pedro Albizu Campos, quien como tantos otros negros de su época incorporó una larga tradición de “ismos” del Siglo 19, donde otros negros se destacaron: en el sindicalismo, el anarquismo, el misticismo, y en el mundo de las logias masónicas. Pero el independentismo incorporó al sector más liberal de los viejos hacendados y clases intermediarias a la tierra, los educó y luego los convirtió en líderes de todo un país – a nombre del pueblo, que no es sólo blanco, sino que es en su mayoría negro y mulato.

Luego de los pasados 40 años, la pobreza se sigue concentrando en los sectores negros y marginados de Puerto Rico, lo cual constituye casi el 50% de la población. Mientras el independentismo, fundamentalmente blanco, se ha concentrado en celebrar la bandera patria y en ubicarse en posiciones económicas intermedias, donde lo han pasado bien. No obstante, en los pasados 40 años no podemos reconocer a un solo líder, hombre o mujer, de ese independentismo que sea afro descendiente en Puerto Rico.

Como hemos indicado en varias columnas anteriores, el peso de la representación y exclusión también se da dentro de los sectores que hacen patria en Puerto Rico. Volver a la década de 1930, bajo el viejo nacionalismo de Pedro Albizu Campos sería darle una oportunidad a los negros y pobres de Puerto Rico para definir como podríamos hacer país de otra forma.

Me reitero, de los seis dirigentes que tiene el equipo de Puerto Rico ante el Clásico Mundial de Béisbol, todos menos uno, son negros. Puerto Rico llegó a la final.